Oliverio un símbolo de las luchas estudiantiles

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Créditos: David Toro.
Tiempo de lectura: 4 minutos

Texto y fotografías David Toro

Este 20 de octubre se cumplen 40 años del asesinato de Oliverio Castañeda de León. 23 años y 8 días de vida, fue el tiempo que requirió para que su legado se expandiera a través de las generaciones, no únicamente en el ámbito universitario, sino en todos aquellos movimientos sociales que tienen como referente e ideal la lucha.

Para entender a Oliverio Castañeda De León como símbolo, se debe voltear a ver el contexto histórico que rodea su vida estudiantil, la clase media a la que pertenecía, esa que siempre estuvo frente a las movilizaciones de carácter social, según indica el antropólogo Ricardo Saenz. Oliverio era el reflejo de aquel joven consecuente con sus acciones, nombrado por aquellos que convivieron de cerca con el como un joven culto y disciplinado, un líder nato que hasta nuestros días es visto como un ejemplo a seguir.

“Les pregunte a mis estudiantes ¿para ustedes que significa Oliverio? Respondieron que lo sentían presente en la universidad, es visto como un compañero más y sobre todo como un ejemplo”, indica Ricardo Saenz. Aparte de haber tomado la responsabilidad de escribir el libro sobre el icónico líder universitario —está por lanzarse su 4ta edición—, tiene la oportunidad de dar clases en varias unidades académicas de la Universidad de San Carlos de Guatemala.

El ser humano detrás del líder estudiantil

Es fácil pensar en Oliverio Castañeda y traer a la mente uno de sus discursos, alguna de sus frases emblemáticas (“mientras haya pueblo habrá revolución”, que han sido adoptadas por muchos movimientos sociales), pero el ser humano, el joven, el amigo que hay detrás de aquel talentoso líder considerado una amenaza para el gobierno militar de 1978, es vital para comprender porque hasta aquellos que no conocimos a Oliverio, podemos sentir que detrás de su lucha y corta vida hay un lazo que nos atrapa, que nos identifica.

Iduvina Hernández era parte de aquel secretariado dorado de AEU de 1978, además, amiga cercana de Oliverio. Compartían ideales, metas e inclusive hasta fecha de cumpleaños:

“Oliverio era un joven responsable, puntual, yo no recuerdo que jamás haya llegado tarde a una junta, era muy disciplinado para la lectura. Yo creo que para su edad tenía una cultura general altísima, varias veces fuimos al cine. Él practicaba futbol, tenía su equipo favorito, que era el Tipografía Nacional”, recuerda Iduvina.

Más allá del 20 de octubre

Cada 20 de octubre se recuerda a Oliverio, pues ese fue el fatídico día en el que el gobierno le corto la vida frente a la empresa eléctrica, sobre la 6ta avenida de la zona 1. No obstante, Iduvina Hernández, resalta que ya desde meses atrás sufrían amenazas. El auténtico levantamiento social dirigido por un movimiento estudiantil que tenía a Oliverio a la cabeza, era una piedra incomoda y dolorosa para el gobierno represivo, pues además de haber denunciado la masacre de Panzós en mayo del 78, fue la organización de AEU, en conjunto con sindicatos y movimientos sociales, que lograron que el Estado diera vuelta atrás en la idea de aumentar de 5 a 10 centavos el costo del pasaje del transporte urbano.

Tanto Oliverio como Iduvina tenían días sin dormir en sus casas por las amenazas de muerte existentes. Aquel 20 de octubre, Castañeda tenía una salida de emergencia que no quiso tomar, pues iba a asistir a una cumbre estudiantil en Panamá, pero decidió quedarse, porque temía que luego no lo dejaran ingresar a Guatemala, y no sólo decidió quedarse, además siguió denunciando al gobierno en medio de las amenazas mortales que al final acabaron con su corta vida.

Un breve recorrido en la Universidad de San Carlos, muestra cómo por medio de murales, consignas, retratos, homenajes en su honor, playeras y la plaza que lleva su nombre, se resguarda la esencia del universitario sancarlista por excelencia, Oliverio Castañeda De León.

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