Por: Paolo Guinea
Salen a pie y rozando el viento, las niñas quemadas, y las miles que son violadas y se vuelven mamás cuando apenas van brotando en la vida. Las miles de mujeres asesinadas por femicidio. Los niños explotados que trabajan de sol a sol por unos cuantos pesos. Los analfabetas, y también los ríos desviados y los suelos quemados y cansados.
Marchan callados las más de 5,000 víctimas anuales por la violencia. La gente aún viva de milagro esquilmada por el expolio y el arrebato perpetuo (casi un 90 % de la población).
Salen los desnutridos, los ninguneados, los timados y los sin nombre; los invisibles.
Van bajo nuestros pies, en el aire, atravesando nuestras almas, cantando el canto más hermoso de todos; el silencio, somos su grito apagado y un incendio que canta, que reverdece entre la penumbra, el escombro y la más pura y negra de todas las cenizas.
Ellas y ellos son el puente de luz que marcha con nosotras y nosotros.
Autoría y edición
Descendencia kaqchikel y afrodescendiente. Infancia en la cuna de una organización revolucionaria. Crecida dentro de la revolución cubana.
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Marta Karina Fuentes Kemphttps://www.prensacomunitaria.org/author/marta-karina-fuentes-kemp/
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Marta Karina Fuentes Kemphttps://www.prensacomunitaria.org/author/marta-karina-fuentes-kemp/9 agosto, 2016
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Marta Karina Fuentes Kemphttps://www.prensacomunitaria.org/author/marta-karina-fuentes-kemp/
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