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Por: Patricia Cortez Bendfeldt

La cámara alta en Argentina votó en contra de la legalización del aborto en este país. Esperamos que los legisladores en Guatemala no sean tan poco científicos de prohibir el aborto en todos los casos, porque seguiremos teniendo complicaciones médicas que no requieren del “heroísmo”, de una madre imposibilitada para llevar adelante un embarazo por motivos de salud de ella o del feto, sino de la decisión justa y equilibrada de ella misma de si desea continuar o prefiere detenerlo.

En Guatemala se permite el aborto terapéutico, siempre que 2 o más médicos acuerden que es la única opción en casos que así lo requieran. Si, los médicos deciden, no decide ella.

No se engañen, hay muchas ocasiones en las que no queda otra opción, entre complicaciones derivadas, anidaciones inapropiadas, enfermedades previas o posteriores, complicaciones propias del embarazo, etc.

Alguien me dijo que para un embarazo ectópico había que “darle tratamiento a la mujer para que se resuelva solo”, lo que me llevó a que Google habla de metrotexato como la solución, cuando si ya se rompió la trompa o el cuerno uterino poco se puede hacer más que extraerlo y a veces, dejar a la mujer sin útero. Es peligroso hacer afirmaciones como esa sin conocimientos.

Lo que si es que el negocio no acabó. Todos sabemos de médicos que ingresan a señoritas con diagnósticos como: hiperplasia endometrial, liposucción ambulatoria, tumor en el ovario, enfermedades que existen pero que también sirven como justificación para una hospitalización de un día y un procedimiento discreto. Obvio que con un pago excesivo.

Eso para aquellas que pueden pagarlo.

Para las que no queda siempre la opción de la varilla de sombrilla, las pociones raras o… en los casos más tristes, las pastillas de insecticida para no despertar más. Las que tienen mala “suerte” terminarán con una cicatriz, una complicación, una infección o muertas.

Las que tienen “buena suerte” terminarán con deuda, juzgadas, humilladas (porque aún esos médicos que cobran caro las humillaran) y resentidas.

Muchos dicen “para que abrieron las piernas” y parecen dejar a la mujer la responsabilidad de “cuidarse” de “no quedar” cuando el proceso es de dos.

Espero que esto lleve a los aguerridos anti abortistas a actuar al respecto. Que cada vez que vean a un hombre quejándose de que “no les sueltan” les digan que ellas no tienen por qué soltar. Que cada vez que oigan a un hombre decir “pues para que no se cuidó” le recuerden que usar un condón le toca a él, que cada vez que escuchen los planes de “la voy a embolar y luego seguro que me da lo que quiero” le recuerden que si ella no dijo sí consciente no tiene por qué violarla.

Si, ya sé que eso no va a pasar. El negocio va viento en popa.

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