Créditos: Antimotines resguardando las instalaciones de la empresa hidroeléctrica Energía y Renovación S.A. en YichKisis , San Mateo Ixtatán. Fotografía Autoridades Comunitarias.
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Por: Nelton Rivera

Desde hace cuatro años que en un mismo terreno privado conviven la empresa hidroeléctrica Energía y Renovación SA, el destacamento militar y la subestación de la policía en Ixquisis, en San Mateo Ixtatán. Desde entonces las autoridades comunitarias han estado pidiendo al Estado el cierre y retiro de estas instituciones y de la empresa. Lo han hecho a través de distintas expresiones; cartas, actas, comunicados, memoriales, visitas, citaciones a los ministros de Gobernación y al de Defensa en el Congreso de la República, en todas las solicitudes se pidió que cese la militarización y la respuesta siempre fue negativa.

Desde entonces ha habido disparos, detenciones ilegales, desalojos, gases lacrimógenos, asesinatos, intimidaciones y la existencia de un grupo armado que la gente vincula con la empresa, todo esto ha sucedido en las narices de los militares y policías, las denuncias no se investigan y la gente sigue estando desprotegida.

Antimotines resguardando las instalaciones de la empresa hidroeléctrica Energía y Renovación S.A. en YichKisis , San Mateo Ixtatán. Fotografía Autoridades Comunitarias.

Lo más increíble es que la voz de la gente ha sido poco escuchada. Desde los medios de comunicación tradicionales y dos gobiernos se ha creado la idea de que la gente maya Chuj es peligrosa, por lo que el discurso que ha dominado ha sido el que la empresa ha difundido, que es el pueblo Chuj el agresivo y violento, y que los pacíficos son sus trabajadores. Para hacerlo la empresa hace uso de la difamación, el rumor y la desinformación.

Los últimos acontecimiento en la microrregión de YichK’isis desnudan la complicidad entre el Estado y la empresa.

Una historia que se repite

La ambición de la empresa Energía y Renovación SA/PDHSA por construir  tres hidroeléctricas modificó de golpe la dinámica de las comunidad, ahora tienen una problemática social por la empresa que sigue sin ser resuelta. Todo se complicó cuando se comenzó a desviar los ríos en YichKisis, se construyó los túneles, luego los canales de concreto para desviar el agua en dirección a los embalses, la empresa no cedió ante ninguna demanda, aceleró los trabajos.

Frente al enojo de la gente, la empresa consiguió con Otto Pérez Molina en 2014, que el ejército regresará al antiguo destacamento militar, ubicándose entre las instalaciones de la empresa y el campamento de maquinaria y no en otro lugar del municipio. Esto sucedió dos años después del Estado de Sitio en Santa Cruz Barillas, el municipio vecino, otra empresa hidroeléctrica fue la responsable. La gente que vivió y sufrió la represión durante la guerra, sabe la historia de este destacamento militar, de la represión durante la contrainsurgencia y para ellos las heridas siguen abiertas, por eso están en desacuerdo con la militarización del territorio.

El sábado 14 de julio, las autoridades comunitarias, alcaldes auxiliares y Consejos Comunitarios de Desarrollo (Cocodes) de las comunidades afectadas por la empresa, se reunieron en la microrregión de YichK’isis para definir la entrega de una nueva acta, para hacerlo se prepararon para una marcha pacífica cuya petición de nuevo es el retiro del destacamento militar, la Policía Nacional Civil -PNC-, además del cierre de la empresa. Así lo decidieron los representantes de las comunidades de Yulchen Frontera, Concepción, YichK’isis, Nuevo San Mateo, Pojom, Primavera, Villa Linda y  San Francisco. El día sábado al finalizar la asamblea, redactaron el acta colocando sus principales exigencias, con el documento en mano, se dirigieron caminando para entregarlo.

Unas 400 personas caminaron hacia la Finca Ixquisis, sobre la carretera comunitaria que sigue siendo de terracería, la finca es propiedad de la empresa. Al frente de la marcha iban las autoridades comunitarias con el documento.

De primero los comunitarios conversaron con un oficial en la subestación policial, luego lo hicieron con un capitán del ejército en el destacamento militar, en un desaire para los comunitarios, ambos oficiales se negaron a firmar de recibido el acta y se negaron a entregarla a sus superiores, la excusa sigue siendo la misma: “no se encuentra el encargado o el oficial al mando para que podamos recibir este documento.”

Ante la negativa de los oficiales, de forma verbal las autoridades comunitarias Chuj les explicaron las razones por las que exigen que ellos se retiren del territorio, les pidieron que informen a sus superiores que deben de salir de ese lugar. Leyeron el acta firmada por las autoridades y luego se retiraron, toda la jornada trascendió sin ningún incidente como lo planificaron las autoridades comunitarias y volvieron a sus hogares.

Mientras estuvieron reunidos en la subestación y en el destacamento militar, los policías y militares les tomaron varias fotografías, este material no quedó de archivo, al contrario inmediatamente fueron usadas para acusarlos y difamarlos en las redes sociales, utilizaron varias cuentas de perfiles falsos y páginas web de la empresa.

¿Por que la seguridad del Estado hace trabajo de inteligencia para la empresa?

La seguridad pública no es para la gente

La gente está cansada de los abusos que comete la empresa en contra de la población, desde la llegada del destacamento el sentimiento de desprotección se acrecentó, cuando conversan sobre esto afirman que desde la llegada de la empresa, perdieron la paz y la tranquilidad en sus comunidades. Cuestionan el gasto que el Estado hace con los recursos públicos para mantener más de 200 agentes concentrados dentro de la empresa, en una región cuyo índice de criminalidad no justifica la presencia de una subestación con antimotines, menos un destacamento militar. Vivir en Yich K’isis es sinónimo de inseguridad para la población

“Estuvimos platicando con el capitán, este oficial dijo que ellos solamente están patrullando el área fronteriza, las autoridades le reclamaron que ellos no estuvieran ahí, si la empresa no estuviera en ese lugar. También le exigieron que se retiren porque las heridas de la guerra están presentes, fue en ese destacamento cuando en los años de la guerra, abrieron grandes zanjas, secuestraron gente, la asesinaron y desaparecieron tirándolas dentro de las esas zanjas. Además, que vigilancia de la frontera hacen si solamente se están cuidando a la empresa.”

“Vamos a manifestar, 5 o 20 días, los que sean necesarios para que se desmilitarice nuestro territorio, porque la empresa quiere desviar los ríos, saquear los bienes naturales y van a hacer mucho daño, tanto tiempo que hemos cuidado nuestros recursos y la empresa viene a destruirlos.”

La irresponsabilidad del gobierno 

No pasaron ni dos días de la marcha pacífica y el día lunes 16 de julio, el Ministerio de Gobernación –Mingob- respondió a la demanda de las autoridades enviando un nuevo contingente de policías, estos se sumaron a los que ya permanecen en el interior de la empresa. Duplicar a los agentes y enviar más radiopatrullas genera la inconformidad del pueblo Chuj, pero también del resto de municipios, y es que el problema de las hidroeléctricas no es aislado en YichK’isis, el problema es en todo el norte de Huehuetenango.

El día lunes, los comunitarios denunciaron que a la altura del puente, en el camino comunal de YichK’isis a la comunidad de Yulchen Frontera, un grupo de 45 antimotines cerrando el paso a la población, llegaron con su equipo y armamento, tal demostración de considerada como una intimidación y provocación, afirmaron las autoridades comunitarias. Para la gente, ocupar el pueblo, cerrar la carretera comunitarias y rodear a la empresa fue una acción sin sentido.

La gente se mantuvo al margen, no sin antes reclamarle a los policías su presencia intimidatoria, luego observaron la actitud de los antimotines que se mantuvieron aproximadamente dos horas en ese lugar, luego los vieron ingresar a la propiedad de la empresa.

Para las autoridades comunitarias, el ministerio de Gobernación solo demuestra que no tiene interés por escuchar las demandas de las comunidades, al contrario expresa su respaldo a la empresa, profundizando el descontento del pueblo Chuj. Lo mismo con la participación de uno de los viceministros en las reuniones que la empresa promueve. Axel Romero, tercer viceministro del Mingob, aparece en la propaganda de la empresa como delegado estatal ante el “diálogo”, pero el viceministro afirma que él solo asiste como invitado para facilitar temas en materia de seguridad.

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