El orgasmo del gol: una remontada espectacular con el aporte de la “segunda unidad”

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Créditos: cronicaviva.com.pe
Tiempo de lectura: 4 minutos

Por: Pedro Alexander Cubas Hernández – Historiador, Profesor de Historia y Ensayista cubano

Bélgica y Japón toparon por primera vez en Copas del Mundo en el año 2002 y en aquel instante “se abrazaron” a dos tantos por bando. En Rostov volvieron a medir fuerzas y fue Japón quien tomó la iniciativa en los inicios del primer tiempo. Aunque Bélgica tuvo dificultades para entrar en el partido poco a poco comenzó a dominar y creó buenas ocasiones para romper el celofán, lo cual no sucedió por causa del trabajo realizado por el guardapalos Eiji Kawashima, que defendió los remates peligrosos de Eden Hazard (Man of the Match) y Romelu Lukaku. Mientras tanto, Thibaut Courtois era dueño y señor del área pequeña puesto que cuando le remataron siempre estuvo bien colocado; pero una jugada enredada con Yuya Osako (que desvió al arco un centro de Yuto Nagatomo), al filo del descanso, casi le complica porque se le escapó el balón y no entró por poco (específicamente por su propia capacidad de reacción). Sin dudas, en un juego de tanto ritmo, Bélgica llegó al intervalo con una mejor postura en el campo.

El segundo tiempo fue de lo mejor que se ha visto en este certamen orbital porque los “Samuráis Azules” dieron dos zarpazos y pusieron a los europeos contra las cuerdas: Gaku Shibasaki manejaba la pelota en el círculo central y conectó con Genki Haraguchi, que se movió con velocidad al espacio dejado por la línea de tres defensas centrales; uno de ellos, Jan Vertonghen lo persiguió y cuando debió impedirle que rematase inexplicablemente se detuvo y el atacante nipón batió a Courtois con un tiro cruzado al segundo palo. Después de un remate al palo ejecutado por Hazard, Shibasaki mandó otro balón a cancha de ataque, esta vez por alto, y lo recibió Shinji Kagawa, que tocó atrás para dejar que Takashi Inui chutase desde la media distancia para la segunda perforación nipona. Bélgica no se lo creía y sintió el peso de ambos golpes asestados en sólo tres minutos. Roberto Martínez vio que su equipo intentaba anotar y no conseguía por la mala puntería de Yannick Carrasco y Lukaku. Unido a eso, Japón casi hace el tercero con una jugada de Hiroki Sakai. La paciencia del técnico español se agotó e hizo un doble cambio mandando a saltar al césped a dos atletas descendientes de marroquíes: Marouane Fellaini y Nacer Chadli.

Fotografía: cronicaviva.com.pe

En poco tiempo esa alteración comenzó a surtir el efecto esperado ya que en un tiro de esquina levantado por Kevin De Bruyne, Chadli cabeceó en disputa con Nagatomo; Kawashima, en lugar de atrapar el balón, lo manoteó tímidamente frente a Lukaku; Toby Alderweireld intentó recoger el rechace e Inui se le anticipó para patear la esférica en dirección a la línea de meta; pero su globo (o sea, el pateo desesperado de Inui) lo midió muy bien Vertonghen (perseguido por Sakai) y su testarazo describió una parábola increíble que se alojó en el pórtico japonés y sirvió para meter a su equipo en el partido. Cinco minutos después, Hazard hizo una buena jugada al borde del área grande yéndose de su marcador Osako y centró para la entrada de Fellaini, cuyo frentazo a la red puso las tablas en el marcador.

A Japón no le gustó nada la respuesta belga y volvió a atacar; pero sin suceso. Los “Diablos Rojos” estaban crecidos y sus ataques daban mayor sensación de pavor hasta el punto de Kawashima hacer una doble defensa ante sendos cabezazos consecutivos de Chadli y de Lukaku; y una parada a tiro de Vertonghen desde fuera del área grande. En definitiva, todo buen juego de fútbol suele reservar sus mejores emociones para el final. En un ataque nipón, Nagatomo centró al área, Fallaini lo cortó y Courtois despejó la pelota hacia la línea de meta: se cobró el córner sin consecuencias.

Posteriormente, la defensa belga cometió una falta lejos del área grande y el colegiado senegalés Malang Diedhiou la sancionó con un libre directo que cobró Keisuke Honda y defendió Courtois manoteando la pelota hacia la línea final. Ya era el tiempo de reposición y los muchachos de Akira Nishino en lugar de mantener la posesión decidieron volver a levantar desde la esquina y, para fatalidad de ellos, el balón llegó franco a las manos de Courtois, que organizó un contragolpe de manual entregando rápido la pelota a De Bruyne, que galopó por el medio del campo sin que nadie se le opusiera, levantó la cabeza y abrió a la banda derecha colocando la bola al espacio por donde lo acompañaba Thomas Meunier, que a primer toque centró buscando a Lukaku; pero el ariete del Manchester United – ni corto ni perezoso – arrastró la marca y dejó pasar la pelota para que Chadli marcase a placer con su pierna zurda para sellar la remontada más espectacular de esta Copa. Japón se fue a casa con honor luego de jugar un buen campeonato gracias a que Nishino dio con la tecla que activa el buen rendimiento de su equipo, que sin dudas estuvo por encima de las expectativas pre-competencia. Y Bélgica lo hizo de nuevo: primero tumbó a los ingleses con la profundidad de su “segunda unidad” y después le volteó un partido complicado a los nipones con dos piezas que funcionaron bien ante los chicos de Albión.

Este viernes les espera Brasil en los cuartos de finales y ya vislumbro un partido de poder a poder. ¿Sería una herejía decir que, visto el caso y comprobado el hecho, estamos ante una final anticipada? ¡No sé; pero creo que quien salga vencedor en esa cruda lid tendrá muchísima energía para llegar hasta la consagración estival!

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