Créditos: Quimy De León
Tiempo de lectura: 4 minutos

Por: Juan Calles

Hoy fue un día especial, se notaba desde la entrada en la Torre de Tribunales, había un ambiente contradictorio, entre nerviosismo y esperanza, algunos comentaban que hoy se dictaría sentencia, otros aseguraban que el proceso tardaría varios días más y por supuesta la posibilidad que hoy declarara Emma Guadalupe Molina Theissen.

La sala se llenó, los medios con un enjambre de cámaras y micrófonos, las instituciones de acompañamiento, los familiares de los militares y personas particulares que llegan a mostrar acompañamiento a la familia Theissen. Pero a toda esa gente se debe sumar una visita inesperada y agradable, las abuelas de Sepur Zarco llegaron a mostrar solidaridad a las mujeres de la familia Theissen.

Fotografía: Quimy De León

La presencia de las abuelas de Sepur Zarco le dio peso a la exigencia de justicia, mujeres q´eqchi´ que ya vivieron un largo proceso legal buscando la justicia por violencia sexual. Con su sola presencia se dejó sentir la solidaridad y el peso de su autoridad moral.

En esta fase de conclusiones tocó el turno a el Abogado Lucas Cerna, que repitió lo mismo que sus compañeros que anteriormente presentaron conclusiones, pero además dijo que ni él ni su patrocinado, su padre, Benedicto Lucas, tenían conocimiento del Caso Molina Theissen ni del caso CREOMPAZ por el que también es acusado el militar retirado.

La valentía y la calma encarnada en las mujeres de la familia Theissen

Fotografía: Marta Karina Fuentes

La declaración de Emma Guadalupe Molina Theissen estuvo llena de emoción y lágrimas, revivir el terror y el miedo fue muy duro, sin embargo habló y dijo su verdad, “durante muchísimos años en los que estuve llena de terror, llena de dolor, años en los que no me consideraba merecedora de la vida, consideraba que mi vida era una vida robada a mi hermano. Y que lo más importante, que lo había hecho por mí, que era salvar mi vida, y que había llenado de orgullo y de sentimientos de logro en el momento que se produjo mi fuga, se convirtió en el peor error, en el peor día de mi vida, en la peor decisión. Porque significó el secuestro y desaparición de mi hermanito”.

Antes de finalizar se dirigió a los acusados diciendo: “Quiero decirles a los señores acusados, que les devuelvo la vergüenza, que les devuelvo el terror, no puedo deshacerme del dolor y jamás podré deshacerme del asco, les dejo con su odio. Porque se necesita mucho odio para hacer lo que nos hicieron. Merecemos justicia, merezco justicia y quiero que los acusados se queden con todo lo demás y ojalá tengan un poquito de honor y nos digan dónde está Marco Antonio.”

Se llamó a presentar conclusiones a la señora Emma Theissen Álvarez de Molina, quien dijo  “Ignoraba yo el dolor que había sufrido mi hija en manos del Ejército que creí que era protector de la sociedad” además reconoció nueva mente a Zaldaña Rojas como quien secuestró a su hijo Marco Antonio de 14 años.

Luego la señora Ana Lucrecia Molina Theissen, dijo que: “Es un paso muy grande que ha dado nuestra familia para venir a que jueces nacionales nos escuchen” recordando lo difícil que es obtener justicia en Guatemala, en especial cuando los acusados son poderosos económica y políticamente.

Los hombres militares fingen y piden clemencia

Luego de las emotivas declaraciones de las mujeres de la familia Thiessen presentaron sus palabras finales los acusados Benedicto Lucas y Manuel Antonio Callejas.

El primero por video conferencia supuestamente convaleciente luego de una intervención quirúrgica, con pijama de hospital, muy desprovisto de su orgullo y prepotencia habló en voz baja y cabizbajo, asegurando que es una buena persona que hace obras por el bien de la comunidad, en otra parte de sus conclusiones dice: “yo fui a Francia a estudiar, regresé a enseñar no a torturar” en referencia al peritaje que demostró que la escuela militar francesa enseñaba técnicas de interrogatorios que incluían la tortura.

Por último Callejas y Callejas se dedicó a desacreditar peritajes y testigos, además demostró un profundo conocimiento del Partido Guatemalteco del Trabajo (PGT) principal objetivo militar de los hoy acusados al afirmar: “En 1981 el PGT estaba divido en seis facciones lo que impidió que se realizara el quinto Congreso del Partido” lo cual evidencia conocimiento, control y seguimiento a la organización a la que pertenecía Emma Guadalupe.

También presentaron sus últimas palabras antes de escuchar su sentencia los acusados Luis Francisco Gordillo y Edilberto Letona Linares quienes fueron intrascendentes y dubitativos.

Para el próximo día de audiencia (martes 22 de mayo) se espera la última declaración y es la de Hugo Ramiro Zaldaña Rojas y luego la deliberación del Tribunal para dictar sentencia.

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