Créditos: Somos el medio.
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Ciudad de México, 24 de abril de 2018. Los próximos 26 y 27 de abril, la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CoIDH) escuchará a la familia de Nitza Paola Alvarado Espinoza, Rocío Irene Alvarado Reyes y José Ángel Alvarado Herrera, desaparecidos por elementos del Ejército mexicano en el Ejido Benito Juárez, municipio de Buenaventura, Chihuahua, el 29 de diciembre de 2009.

La desaparición de la familia Alvarado ocurrió en el marco de la “Guerra contra el narcotráfico”; con la implementación de Operativos Conjuntos en diferentes estados del país, Chihuahua llegó a ser el estado más violento en México en 2010, con una tasa de 110 homicidios por cada 100 mil habitantes, de acuerdo con las organizaciones acompañantes del caso. Ésta será  la primera ocasión que la CoIDH recibe un caso en el marco de las actuales desapariciones en México, que ascienden a 35 mil personas reconocidas como desaparecidas de 2007 a la fecha.

Después de la desaparición, 12 instancias nacionales e internacionales han conocido del caso, entre ellas: la Fiscalía General del Estado, diversas áreas de la Procuraduría General de la República, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos y aún la jurisdicción militar. La exigencia de justicia y de conocer el paradero de sus seres queridos ha traído amenazas para las familias en varias ocasiones y les ha llevado a desplazarse forzadamente; actualmente algunas de ellas están en proceso de asilo político en Estados Unidos.

“Este caso demuestra lo que viven diariamente miles de familiares de personas desaparecidas en México: nunca hubo acciones de búsqueda inmediatas ni efectivas que estuvieran encaminadas a encontrar con vida a las personas desaparecidas; tampoco ha habido una investigación encaminada a determinar la responsabilidad por la desaparición. Contrariamente,  el manejo de la investigación constituyó en sí mismo un obstáculo para el acceso a la justicia y en múltiples ocasiones se quiso colocar la responsabilidad del avance de las investigaciones a la familia”, sostuvo el Centro de Derechos Humanos de las Mujeres (Cedehm) de Chihuahua. Por tanto,

En junio de 2011 las familias presentaron la demanda ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). La Corte Interamericana de Derechos Humanos conocerá el caso debido al incumplimiento del Estado mexicano sobre las recomendaciones realizadas por CIDH, instancia que determinó que en este caso, el Estado mexicano era responsable por su desaparición forzada y recomendó a México investigar los hechos con la debida diligencia, buscar a las víctimas desaparecidas y sancionar a los responsables. Adicionalmente, determinó la responsabilidad del Estado por las violaciones a los derechos humanos de familiares derivadas de amenazas y hostigamientos en su contra y solicitó que el Estado mexicano adopte una serie de medidas de reparación y de no repetición de los hechos.

Durante la audiencia pública ante la CoIDH declararán seis personas, se aportarán testimonios y argumentos para demostrar la responsabilidad del Ejército, la omisión de las autoridades en la búsqueda y en las investigaciones y la falta de protección a las y los familiares. Asimismo, se presentarán periciales por parte de las víctimas, el Estado y la CIDH.

Para las y los familiares de este caso, “la sentencia que se emita de esta audiencia será un reconocimiento a su lucha y a la de miles de familias que exigen medidas adecuadas y proporcionales a la problemática de la desaparición en México”, señalaron las organizaciones acompañantes: El Cedehm, la Comisión de Solidaridad y Defensa de los Derechos Humanos (Cosyddhac), el Centro de Derechos Humanos Paso del Norte (CDHPN) y Mexicanos/as en el Exilio, quienes señalaron que la sentencia puede servir para los países de todo el continente donde se está discutiendo la militarización de la seguridad.

Texto publicado en http://www.somoselmedio.org

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