Créditos: Prensa Comunitaria Km. 169
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Por Carlos Gerardo González

Kab’ Tzin marca el inicio del territorio de la nación q’anjob’al. Es el deseo hecho piedra vertical de la montaña hacia la nube, o la raíz mineral del sueño. O el espíritu de la nube que no abandona la aspereza de la roca. La vista es impresionante. Un número muy reducido de personas en la historia del mundo ha tenido la oportunidad de presenciar paisajes con esta imponencia. A partir de Kab’ Tzin no nos abandonarían la altura ni la ceremonia. Uno bien podría pasar mil veces por ahí, pero sentir que siempre pasa por primera vez. Cuando atravesamos la roca por la carretera, sentimos la energía de entrar a otro sitio, a otro lugar con otra fuerza. Kab’ Tzin tiene un valor ceremonial para la cultura q’anjob’al.

Hacíamos el viaje para socializar los resultados de una investigación realizada por el equipo de Entre Ríos, un colectivo de investigación del que formo parte junto con cuatro investigadores comunitarios y una gestora cultural. Los resultados de la investigación correspondían a un primer acercamiento a las comunidades y a las problemáticas que enfrentan ante las dinámicas de imposición de los grandes proyectos empresariales. El documento sintetiza una serie de entrevistas y testimonios recopilados en los municipios de San Gaspar Chajul, Quiché; San Mateo Ixtatán y Santa Cruz Barillas de Huehuetenango; la comunidad de Copal AA La Esperanza, situada en Cobán, y el casco urbano del municipio de Ixcán. Además, el equipo de Prensa Comunitaria presentó los avances de una investigación específicamente enfocada en las redes de poder que están detrás de los megaproyectos empresariales interesados en los territorios de la nación q’anjob’al, Chuj y Akateka en el norte de Huehuetenango.

Llegamos a Santa Eulalia, Jolom Konob’, la mañana del viernes 3 de noviembre. En el salón comunitario del cantón San Miguelito, las autoridades del Gobierno Ancestral Plurinacional nos esperaban para comenzar su reunión. A pesar de que tenían una agenda muy apretada, destinaron un segmento del día para escucharnos. Tras una rápida lectura, Rigoberto Juárez Mateo, autoridad ancestral, nos hizo observaciones muy puntuales sobre algunos elementos de la que convendría redefinir. Entre ellas, nos recordó que las comunidades no están en resistencia contra las agresiones, sino que su postura es la defensa de la vida continuidad de una larga lucha. Uno de los objetivos para la segunda fase de la investigación es entender y profundizar sobre qué significa defender la vida, qué acciones comprende y ha comprendido, de qué se trata.

Esa noche dormimos en Santa Eulalia. Bromeábamos todo el tiempo sobre el frío que sentíamos, y nos tocó apaciguarlo con varias frazadas. Al día siguiente, salimos temprano hacia San Mateo Ixtatán. Durante el camino, bastaba con ver alrededor, con sentir en los pulmones el bosque y el aire cristalino del frío para entender qué significa la vida y cuánto valor hay hacerlo. Cualquier persona que visite estas tierras entenderá qué es la lucha por la vida. Eso nos dejó en claro el objetivo de la investigación.

A eso de las nueve de la mañana del 4 de noviembre llegamos a San Mateo Ixtatán. El salón del cantón Yolwitz, en el centro del municipio, estaba lleno. Había más de cien personas, representantes de cantones, autoridades comunales y representantes de Consejos Comunitarios de Desarrollo. La recepción fue igual de hospitalaria. Nos retiramos después de almuerzo hacia Santa Eulalia y luego hacia la cabecera de Huehuetenango.

Es difícil retornar de un viaje siendo la misma persona. En este caso particular, el viaje nos dejó las enseñanzas del Gobierno Ancestral Plurinacional y de las autoridades comunales de San Mateo Ixtatán. También nos dejó los ojos llenos de cielo y nubes, y la certeza de lo que significa la lucha por la vida, para otro año de trabajo.

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