Por: Francisco Rodas
La disertación del pobre extremo Felipe Bosch, en el encuentro nacional de empresarios, fue para pararse los pelos.
Llamó al dialogo, pero el que ellos quieren. Cree y reconoce el trabajo de CICIG, pero se resiente con las fallas al debido proceso, la presunción de inocencia y la politización de la justicia. O sea que lo que dijo de la CICIG fue pura paja. Al respecto, arrulló a Jimmy diciéndole lo bueno que era. Jimmy casi llora.
Pero para explicar hacia donde quería tirar el dardo, primero expresó su preocupación por la situación del país, particularmente la infraestructura, concluyendo que había que pensar en otro modelo para solucionar el asunto. ¡Y fas! se viene la propuesta de ley que presentarán en el congreso. ¿Sobre nuevas facilidades para privatizar?
Los organizadores del ENADE no titubearon en decir que ellos lo podían hacer, con las promesas de ley: habrá para mejorar los caminos rurales, bajar la pobreza a un 18%, creación de empleos…taca, tataca, tataca.
Están hechos. Un congreso que necesita quien lo saque del atascadero y que posiblemente ya le pusieron precio a su voto, para la aprobación de una ley que nadie conoce. Un presidente que necesita abrigarse de aliados, aunque para lograrlo siga haciéndola de mentecato. En otro sentido, para lograr lo que quieren, les importa un pito la legitimidad de Jimmy Babá y los 107 diputados.
Lo más cabrón es que Jimmy sabía del pedido a Santa Claus, y piensa dárselos. Si Arzú pasó de hombre pobre a hombre rico con la privatización en su gobierno, porqué Jimmy no puede hacer lo mismo.
Ahora los del discurso de Jimmy, esos son otros cien pesos.
