Créditos: Juan Calles
Tiempo de lectura: 2 minutos

Texto y fotografías: Juan Calles

El cielo amenazaba con lluvia, la tarde un tanto gris, la ciudad atiborrada de ruido y carros, el caos cotidiano exacerbado por la visita de un presidente gris, nada pudo detener a quienes nos dirijimos a casa Q´anil; allí se abría una celebración, allí sucedería una eucaristía para Luis de Lion.

El poeta, el narrador de la puerta del cielo, de Tarzán de los monos, de El tiempo principia en Xibalbá, desaparecía hace 33 años, los enemigos del intelecto y la belleza tomaron su cuerpo, su nombre, sus manos y su lengua para ejemplificar la brutalidad, la maldad, para ejemplificar un silencio que jamás lograron instaurar.

Las letras siguen su propio camino, sus libros palpitan, sus versos enamoran, sus historias comienzan una y otra vez, más vivos que nunca, Mayarí su hija, se empeña en recordar, nosotros sus lectores nos empeñamos en no olvidar, en darle voz a sus libros y tenerlo vivo aquí entre nosotros, los que no queremos el silencio de los poetas.

El 5 de junio se reunieron escritores que compartieron los días con Luis de León y escritores jóvenes que lo conocieron a través de sus letras, todos elaboraron un dibujo colectivo de Luis de Lión, nos mostraron su versión de él, y compartieron una lectura colectiva de El Tiempo Principia en Xibalbá, en donde Luis de Lión nos deja ver su universo, su cosmos personal, en esta novela podemos ver su pueblo y su comunidad a través de sus ojos.

En el ambiente se sintió respeto y admiración, se sintió una chispa de vida que alcanzó para darle brillo y ánimos a los objetos que le pertenecieron. Un suéter sintió el frío de San Juan del Obispo, la máquina de escribir tecleó algunas frases, el pocillo de barro calentó el café con olor a leña, Luis estuvo allí, ¿Qué duda cabe?

Luis de Lión está vivo, vivo como no lo querían quienes se llevaron su cuerpo, Luis de Lión sigue provocando ideas, sueños y sonrisas, justo lo que trataron de evitar sus asesinos, los culpables, los otros, los de siempre, Luis de Lión está vivo, sigue escribiendo desde los ojos viejos y cansados de sus amigos, en las manos creadoras de los nuevos escritores. Luis de Lión sigue vivo en la memoria.

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