Créditos: Nos duelen 56.
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Vía Crucis

En un recinto oscuro

resguardado por sombras,

no personas,

se ahogan los gritos de 41 niñas,

sus cuerpos mancillados

claman por justicia,

nadie responde a su clamor.

Hermanas en el dolor,

unen sus manos

para resistir juntas.

Una llama se enciende:

¡Es el fénix de su voz!

Sus alas de fuego

escapan del horror.

 

Crucifixión

 

Un 8 de marzo,

los crayones

pintan de negro el cielo,

las aulas de la escuela

lloran su ausencia,

las jacarandas

dejan de florecer.

Han muerto 41 niñas,

el abandono fue su verdugo,

destinadas a llevar la cruz

desde antes de nacer.

 

Fariseos celebran su muerte:

-¡Niñas rebeldes de barrios pobres!

no hay nada que perder.

Mientras tanto

en el Palacio Nacional,

se lavan las manos como Pilato.

¿Qué esperar de un país que no es?

 

La resurrección

Que las canten los coros,

que construyan 41 efigies por su rebelión,

todas las sinfonías sean en su honra,

que en nuestro pecho

cuelgue la medalla de su recuerdo.

 

Ellas solo clamaban por amor,

por un lugar donde jugar,

por un plato de comida digna,

por un país donde vivir su primavera.

 

¡Valientes niñas!

Desafiaron el yugo

del gigante.

 

¡Por siempre las 41!

Porque ahora son semillas

que harán florecer

el desierto jardín

de nuestro pueblo.

 

Que las aves de la justicia

lleguen al árbol de su cielo,

que sus miradas aferradas a la vida

nos recuerden que el camino,

es el triunfo del amor ante el horror.

-Lenina García

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