Don Cromañón no podía quedar atrás

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Créditos: LH
Tiempo de lectura: 2 minutos

Por: Francisco Rodas

(sobre la columna  ¿Por que tanta prisa?   http://elperiodico.com.gt/opinion/2017/02/16/por-que-tanta-prisa)

Su punto de partida, sabiendo la caverna en que habita, es predecible que su posición sea objetar y sospechar de las reformas a la Constitución.

Desde ahí, su condena la dirige hacia señalar, según sus palabras, que las reformas se hayan originado en el seno de una entidad que no ha sido legalmente facultada para ello. O sea que los chapines — él no lo es ―, no metimos narices en eso. Pero con su proverbial diplomacia garrotera, invita a la CICIG a que vuelva a donde le corresponde y vaya tras el CUC a causa de su despotismo cruel en las áreas rurales.

No se le entiende. En una le dice que no se meta y en la otra que persiga, sin razón alguna, a los movimientos sociales. En otras palabras, le corrige que el asunto no es acorralar estructuras criminales sino criminalizar las causas populares.

El tercer proyectil, igualmente predecible es que, se toma muy en serio las declaraciones de un ex presidente paisano de Don Iván, que él considera tiene opinión calificada.

Conocido por sus célebres vínculos con el paramilitarismo y los cárteles de las drogas, el ex presidente Uribe dijo que Don Iván como magistrado auxiliar de la CSJ de Colombia había sido nefasto. Lo que el ex presidente Uribe no menciona es que esa nefasta actuación a quien jodió fue a él.

Desesperado por sacar todo el arsenal almacenado en su caverna-polvorín, en su artículo empieza a disparar a ciegas y por todos lados: que la Fiscal General es una dócil; que “alentaba a Don Iván desde un palco con su sonrisa”; que los hilos “malignos” de un embajador; que ese embajador tiene los días contados. Sobre esto último mucho ojo. Cromañón asume, mejor dicho, está convencido que un nuevo embajador no actuará con la misma perfidia de su antecesor.

La figura de Don Iván no hay duda que le irrita. Le tilda de extorsionista porque el Comisionado suele intimidar a aquellos que cuestionen su gestión, como individuos vinculados a estructuras criminales. Pero le irritan muchos más: el ya olvidado ex embajador Arnold Chacón; los anteriores comisionados de la CICIG; todos los expresidentes, desde Vinicio Cerezo; la izquierda subversiva y violenta tales como CODECA, la Fundación Myrna Mack y Guillermo Torillo, CALDH, CUC, FRENA, el Procurador de los Derechos Humanos y la cooperación internacional. Los únicos que salen indemnes de esta rabieta son los del CACIF y el Cristo de Esquipulas.

Este largo artículo colmado de pestes de un picapedrero de universidad privada nos sugiere que, por debajo de su escritorio no sólo se le paga para hacer explotar las reformas a la Constitución sino también descarrilar la acción de la justicia contra la corrupción.

En ocasiones tengo la malicia de creer que Cromañón es el tío de aquella muchacha que aclamó que este es un país de mierda.

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