El trabajo comunitario en La Brigada: una luz de esperanza

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Créditos: Nelton Rivera.
Tiempo de lectura: 2 minutos

Texto y fotografías:  Nelton Rivera

El salón comunal de la colonia La Brigada en la zona 7 del municipio de Mixco tiene sus puertas abiertas. En el fondo una tenue luz blanca ilumina el escenario, las otras lámparas están apagadas -con seguridad necesitan ser remplazadas- de su techo de lámina se cuelan algunos rayos de sol, no todas las láminas son metálicas, algunas son transparentes. Sobre la acera hay dos mujeres, cada uno con un puesto de venta, frutas y helados, esperando que los niños se lleven todo.

La Brigada es una de las colonias que surgieron dentro de los terrenos habitados por los pueblos indígenas asentados en Mixco, el Pocomam y el Kaqchikel. Esta parte de Mixco mayoritariamente por personas de que llegaron de San Pedro y San Juan Sacatepéquez, la colonia surgió frente al crecimiento acelerado de las periferias del Centro Histórico, La Colonia La Brigada tuvó su origen del desmembramiento de una de las fincas a partir de los años 50.

En el interior del salón comunal hay aproximadamente 100 niños, acompañados de un grupo de maestros bastante jóvenes, las madres y uno que otro padre de familia. Son las 3 de la tarde, es día viernes y todos esperan la clausura de un proceso de formación que se realizo en las vacaciones del ciclo escolar.

En el salón comunal se concentraron otras áreas de la colonia, los maestros se esforzaron por trabajar con los niños aprovechando que una buena parte de ellos están de vacaciones del ciclo escolar, otros pudieron hacer tiempo para participar y que sus padres o encargados les dejaran ir, los niños y niñas no sobrepasan la edad de 10 u 11 años llegaron al cierre de sus clases en teatro, baile, pintura y otras actividades.

Una de las maestras también aprovecho para informarles a las madres y padres ahí presentes que los grupos de mujeres también están trabajando en formarse en varios oficio y empleos.

En ese espacio dentro del salón se puede ver una larga pared de madera, el resto de block y concreto con un techo de lámina y con poca luz,  fue el espacio para que un centenar de niños continúen con su aprendizaje, recreación y participación. Uno de los vecinos agradeció el esfuerzo de los jóvenes maestros y maestras que sin cobrar un centavo les permiten a muchos de los niños de La Brigada, reír, soñar, aprender y materializar algunos de sus sueños.

Al final de la actividad el sol se había ocultado, los niños salieron del salón con un diploma de participación en sus manos, unos cantaron, otros bailaron y actuaron en la clausura, las puertas del salón comunal se cerraron. En la Calzada Roosevelt una de las carreteras que conecta a Mixco con la Interamericana el tráfico de un viernes está en el punto más complicado, para salir de La Brigada no queda otra opción que ir a vuelta a rueda.

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