¿Por qué las comunidades asentadas en la Laguna del Tigre y Sierra Lacandón construyeron una propuesta alternativa de desarrollo?

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Créditos: CCLT.
Tiempo de lectura: 3 minutos

Por: Comunidades afectadas

Las comunidades campesinas que vivimos en las áreas declaradas protegidas de la Sierra del Lacandón y de la Laguna del Tigre, hemos tenido que soportar históricamente una situación de confinamiento y violación continuada de nuestros derechos fundamentales, viviendo en extrema pobreza, invisibilizados por el Estado en cuanto a los servicios básicos a la salud, educación, vivienda, entre otros. También hemos sido criminalizados y se nos culpa de la deforestación y destrucción del medio ambiente. A pesar de que hemos cuidado, ocupado, habitado y cultivado estas tierras desde hace décadas, se nos niega  el derecho para vivir en ellas, no tenemos ninguna certeza jurídica, y vivimos bajo la amenaza permanente de ser desalojados. Las comunidades somos privadas de toda vida digna y de la posibilidad de proyectarse y construir un futuro de mayor dignidad con ejercicio de sus derechos.

Esta situación, es resultado en gran parte de la interpretación y aplicación que hace el Consejo Nacional de Áreas Protegidas –CONAP- de la legislación nacional sobre las Áreas Protegidas. Desde una visión de conservación y no de desarrollo sostenible, el CONAP interpreta que la ley invita a las comunidades que viven dentro de estas áreas a que se retiren de manera voluntaria o sino, con el uso de la fuerza.

Las que se quieren quedar tienen que ”adecuar su permanencia”, mediante la firma de ”Acuerdos de cooperación”. Estos son presentados por el CONAP como la única solución para mantener la presencia de las comunidades en las áreas protegidas, el objetivo a largo plazo es vaciar las zonas núcleo de las áreas protegidas de la presencia humana. Sin embargo, estos acuerdos no garantizan ninguna certeza jurídica sobre nuestras tierras, más bien niegan todos nuestros derechos individuales y colectivos. Más allá de la profunda desigualdad en su contenido, este instrumento es utilizado para crear división entre y dentro de las comunidades, entre los que aceptan someterse a la voluntad del CONAP firmando los acuerdos y los que rechazan esta imposición. ¿Cómo tal trato podría ser aceptable mientras a las empresas petroleras y otros grandes megaproyectos que causan tremendos daños al medio ambiente se les otorga títulos de posesión a largo plazo y muchos otros beneficios?

Es urgente romper con la visión que nos considera como ciudadanos de segunda categoría y un peligro para el medio ambiente. Por eso, proponemos una real solución que reconocerá nuestra existencia como comunidades multiculturales, con derechos. Un acuerdo justo entre el CONAP y las comunidades que tiene tres objetivos: Primero, ser legítimo para las personas concernidas; por eso será firmado después de una real consulta, con el fin de incluir las necesidades y reivindicaciones de nuestras comunidades. Segundo, el acuerdo deberá expresar un equilibrio sobre los intereses del Estado y nuestras comunidades, al contrario de la desigualdad de armas que prevalece en los ”acuerdos de cooperación”, se buscarán puntos de concordancia que serán ventajosos para las dos partes. Por fin, el acuerdo llevará a una certeza jurídica sobre la tierra con el objetivo de protección y recuperación del medio ambiente siendo nuestras comunidades aliadas en esta recuperación al contrario de ser estigmatizadas.

Nuestra propuesta está fundamentada en los instrumentos jurídicos y estándares del derecho nacional e internacional. Ha sido ampliamente consensuada y construida de forma consultada entre las comunidades interesadas y con la asesoría del BDH, quien apoya este proceso desde el año 2011. La firma de nuestra propuesta es urgente, pues la situación actual es desastrosa para los miles de habitantes de estas áreas, privándonos de toda perspectiva de futuro y con la esperanza de cambiar la realidad.

Compartimos esta propuesta, para que sea conocida y analizada por la sociedad guatemalteca, y para que sea aprobada por las instituciones del Estado correspondientes. La Laguna del Tigre y La Sierra del Lacandón es un patrimonio de todas y todos los guatemaltecos y como comunidades tenemos el compromiso con la generaciones que vienen.

DESCARGUE LA PROPUESTA COMPLETA AQUÍ:

Propuesta Alternativa de Desarrollo Integral y Sostenible de las Comunidades Afectadas por la declaratoria de Áreas Protegidas de Laguna del Tigre y Sierra Lacandona

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