Canto al río Cahabón

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Créditos: Edgar Pape Yalibat
Tiempo de lectura: 2 minutos

Poema y fotografía: Edgar Pape Yalibat

Una serpiente de agua viva
recorría galante las tierras de esmeralda
Sus límpidos caudales cruzaban los cerros imponentes
en rebosantes bosques de pino y liquidámbar.
Entonces alegres borboteaban nacientes manantiales
Desde las cataratas de El Patal, liquida cuna
tus venas se tendían por veredas bañadas de poesía,
Cruzaban a lo hondo de siguanes y sus aguas retornaban
cristalinas a jugar en las praderas,
De verde clorofila la Verapaz entrañable florecía.

Río Cahabón, tierno y bondadoso
nutrido del aliento de milenarios árboles
y de tímidas lluvias, intermitente
el sol te coqueteaba con siluetas musicales
para danzar el chipi chipi.

Por sus verdes potreros, se recrearon mis ansias infantiles
sus pozas naturales, piscina de los niños,
viveros de lozanos peces, desde la presa al puente,
del Chiu al Caracol, pasando por las Islas,
de Lanquin a Cahabón milenario,
Allí se cobijan las huellas de pasados abolengos.

El río guarda el eco de ancestrales maneras para hablar en armonía
para quemar el pom en liturgias de montaña,
en crisoles de jade, ceremonias de siembra y de cosecha
Así hablan los q´eqchi´s con el verdor turquesa
de tus aguas.

Peregrinos en todo el recorrido, tus dones a la vida
son honrados por los hijos de la tierra.
En diálogos acuáticos, mutuamente protegidos, el tzultaka de testigo,
así tú nos provees de fecundos paisajes, servicios ambientales
de plantas y raíces, de templos vegetales.

Serpiente de agua viva, te escondes en lo profundo de la piedra
Champey el monumento, terrazas y columnas erguidas en tus venas,
Tu riegas burbullante las fértiles praderas de las comunidades
por donde florecientes se yerguen las mazorcas
Tú eres la reserva, el parque natural de los hijos de la tierra.

Ahora, la tierra está temblando, el río languidece
la serpiente de agua viva se nos muere entre las manos
y se nos va la vida con las aguas del río.
Que el murmullo del cauce no se apague en amargos sollozos,
no rompan tus quebradas eléctricas monedas
ni tu capacidad hidráulica descienda
No se tornen tus campos en desiertos ni pantanos
No te mueras en vida, que limpio y caudaloso
por siempre desemboques
en el Polochic eterno.

 

 

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