De agosto del ‘89, ausencias entrañables y la impostergable exigencia de justicia

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Créditos: Mártires.
Tiempo de lectura: 3 minutos

Por: Lorena Lalore

Una vez más llega agosto, un mes que no puede pasar desapercibido en la memoria colectiva de la Universidad de San Carlos de Guatemala y del pueblo en general, por la atrocidad, impunidad y vileza con la que se persiguió, desapareció y asesinó a toda una generación de jóvenes, hombres y una mujer, dirigentes estudiantiles, con gran proyección, solidaridad y aporte al desarrollo de los movimientos sociales de entonces. Hoy son el símbolo de un alto sentido de compromiso social y de entrega del estudiante sancarlista con las causas populares.

Sus años fueron pocos, no les dejaron dar al 100% lo que pudieron dar a esta sociedad que sigue en la encrucijada, resintiendo el vacío que dejaron estos grandes visionarios, que le dieron pies y manos a las utopías, sin dudarlo, porque eran plenamente conscientes del papel que la historia les llamaba a jugar. El miedo, quizá lo conocían también, hubiesen dejado de ser humanos si no, pero aún así, se lanzaban a las calles; participaban en todo lo que podían aportar y nunca fueron acomodados, nada de eso. El terror de inicios de los 80’s no logró inmovilizarles. Al contrario, los pasillos de las facultades más combativas y las paredes que albergan la Asociación de Estudiantes Universitarios -AEU “Oliverio Castañeda De León”, y todo aquel que tuvo el honor de conocerles, atestiguan la lucidez de sus planteamientos, la claridad de sus ideas, el amor que les inundaba a cada momento, porque “¡A mayor represión,mayor organización!” era la consigna, suficiente para atreverse a todo.

Hoy sus ausencias físicas se unen a las de miles de guatemaltecos y guatemaltecas cuyas vidas fueron truncadas y siguen clamando justicia a todo pulmón en las calles, plazas y barrios. Sus voces se siguen elevando en cada protesta, en cada bandera, en cada puño alzado, fruto de la indignación que nos produce todo aquello que sabe a rancia corruptela, a genocidio, invasión de nuestros territorios y criminalización de nuestras autoridades ancestrales. Nuestro deber es seguir nombrándoles una y otra vez, para que jamás se nos olviden sus hechos que respaldaban congruentemente sus ideales.

Estemos donde estemos, hemos de seguir su heroico y amoroso ejemplo, sin reservas, haciéndole frente a todo lo que nos demanda hacernos cada vez más una sola garganta que grita consignas vigentes, incluyendo a las nuevas voces que también quieren decir lo suyo hoy día. Mantendremos firme la decisión de no dejarnos vencer, guardando en las pupilas y en el sentimiento el color de esos días cuando aún podíamos verles, escucharles, caminando junto a nuestro amado pueblo. Mario De León, Iván Ernesto González, Aarón Ochoa, Víctor Hugo Rodríguez, Carlos Contreras, Hugo Leonel Gramajo, tras 27 largos años, están aún hoy desaparecidos…¿Dónde están? ¡Exigimos saber la verdad! Silvia Azurdia, Carlos Cabrera, Carlos Leonel Chutá, Eduardo López Palencia siguen clamando justicia, porque fueron detenidos ilegalmente y ejecutados extrajudicialmente.

El manto de la impunidad continúa solapando a sus asesinos. Sabemos que “el dinosaurio aún está ahí” pero la clave es despertar! Hoy más que nunca renovamos el compromiso histórico, con nuestros hermanos desaparecidos y ejecutados, asesinados por perseguir sus ideales de paz, justicia social, salarios justos, precios del pasaje asequibles al pueblo, en fin, de tantas cosas que hoy siguen vigentes y que nos dan motivos para salir a las calles, para no ser apolíticos o indiferentes al dolor de las clases más empobrecidas por este sistema voraz.

Por todo eso los sobrevivientes del ‘89 y todo el pueblo anhelamos estas vidas valiosas que nos arrebataron a todos y todas. Hoy siguen siendo necesarias para construir una Nación diferente, en la que el Estado nos incluya y represente plenamente a todas y todos, con nuestras identidades firmes y con el goce pleno de nuestros derechos, indefectiblemente. Jamás dejaremos de exigir justicia para los compañeros y compañera; que vuelvan a sus seres queridos, un deber impostergable…Y lo gritamos a los cuatro vientos: A 27 años…. ¡Juicio y castigo a los asesinos del pueblo!

¡Héroes estudiantiles y de nuestro pueblo ¡¡¡PRESENTES EN LA LUCHA!!!

MÁRTIRES DEL ‘89 ¡PRESENTES EN LA LUCHA!

Tomado del facebook del autor

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