Alta Verapaz: los jóvenes se unen a las luchas en defensa del territorio

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Créditos: jovenes semillas para el buen vivir
Tiempo de lectura: 2 minutos

Por: Rony Morales

Con la esperanza y el amor que predomina en esta nueva era, los abuelos y abuelas nos enseñan que es un ciclo donde la vida y la protección se representan en la mujer, es un ciclo lleno de ternura y fuerza. Y es por ello que comenzamos un nuevo proceso, expresión de lucha en defensa de nuestro territorio al cual hemos llamado: “Jóvenes, sembrando la semilla del buen vivir en La Unión Verapacense de Organizaciones Campesinas -UVOC- el cual se realiza en Santa Cruz Alta Verapaz.

Con los vientos rebeldes norte que nos brindan los bosques nubosos de la Verapaz, 30 jóvenes nos hemos sumado a este proceso, provenimos de diferentes lugares de las naciones q´eqchis´ y poqomchi´,  además somos de varias organizaciones y comunidades como:  UVOC y la red nacional de educadores populares –REDKAT-, que estamos en los departamentos de Izabal, Alta y Baja Verapaz.

Son jóvenes con liderazgos en sus comunidades involucrados en el proceso de formación para aprender nuevas formas de cómo hacer frente a las amenazas que sufren constantemente por parte de las empresas extractivistas de capital nacional y transnacional para apoderarse de sus territorios.

Con el objetivo de fortalecer la identidad de clase, género, de pueblos en la construcción de nuevos poderes como sujetos y sujetas políticos en la descolonización y despatriarcalización desde los principios, valores y prácticas ancestrales, hacia la reconstitución de los pueblos y la construcción de un proyecto político aglutinador, estamos participando en una escuela de formación política.

Esta escuela  está preparada con ocho módulos: contexto histórico de la organización  que se desarrollará en dos talleres; Formación Política, Formación Jurídica, Estrategias y Tácticas Organizativas, Formación Filosófica, Educación Popular y Comunicación Popular, todos ellos con el enfoque pedagógico de la educación popular.

La educación popular inicia con el identificar en nuestras prácticas cotidianas, los fenómenos sociales y naturales en la población, las formas ancestrales de pensar, nuestro ambiente  ya sea en lo personal o de forma colectiva, la  educación debe nacer de nuestras experiencias. Esta educación liberadora ve el mundo en que vivimos como un espacio que podemos transformar a partir de nuestra acción y reflexión; por eso nos fundamentamos en la educación popular que fortalece y fundamenta la organización desde el  corazón. Este proceso no se acaba con el taller, una acción que fluye en el contexto en que nos vamos desenvolviendo, acción permanente que está en cambios constantes.

El desarrollar nuestros conocimientos es fundamental en los procesos de buen vivir de las personas que vienen desde las comunidades. Es un acto de conciencia que nos ayuda a entender mas allá de lo personal, conocemos como este compuesto este sistema.

El aprender jugando por medio de la educación popular con música, baile, alegría, felicidad, abrazos, dulces, dinámica y energías de las personas, son valores importantes de los jóvenes que   llegaron a esta escuelita, estos jóvenes alegres, ágiles y rebeldes. Es importante notar la integralidad de los elementos y los jóvenes que tienen una función en este espacio de articulación donde todas las personas se completaron e interrelacionaron llegando al acuerdo de multiplicar lo aprendido.

Analizar desde los principios y valores de la cosmovisión maya y la democracia en género, nuevas prácticas de relacionamiento en la descolonización, despatriarcalización, desmercantilización  hacia la refundación de un Estado Plurinacional.

Nueva práctica: fortalecer estrategias, propuestas y acciones articuladas que permitan incorporar nuevas relaciones de poder desde la reconstitución de prácticas ancestrales y democráticas de género en lo individual, y colectivo en el avance de un proyecto político aglutinador.

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