…Hubo otra vez un encuentro de gente que ama los ríos

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Créditos: Internet.
Tiempo de lectura: 3 minutos

Por Quimy De Leon

Cientos de mujeres, hombres, niños y niñas se movieron desde distintos puntos del continente y del país. Se movilizaron con la misma fuerza con la que fluye el agua del río Usumacinta que dio vida a las ideas que se intercambiaron, en un poblado llamado el Retalteco, en el municipio de Las Cruces en Petén.

Toda este gente, caminó, voló y recorrió cerros y valles hasta encontrarse en una sola corriente que gritó RIOS PARA LA VIDA NO PARA LA MUERTE.

La población del Retalteco, parte del Frente Petenero contra las Represas, nos dio albergue. Decenas de manos de hombres y mujeres, garantizaron día y noche las condiciones materiales para albergar a mas de 500 personas, prepararon la comida que nos daba el sustento para pasar los días y seguir las discusiones. Dormimos entre las paredes de la escuela primaria, en donde se prepara la niñez por la que luchamos, bajo la lluvia intensa y permanente del Petén.

En este V Encuentro Latinoamericano de la Red Latinoamericana contra represas y por los ríos, sus comunidades y el agua – REDLAR, se llenó la sabana petenera de colores y de lluvia; se discutió sobre la necesidad de proteger la vida y los ríos; sobre la política energética de la región, el derecho a la consulta y para denunciar la criminalización de quienes valientemente defienden el agua.

El contexto del encuentro

El contexto en el que se dio este encuentro es bastante complejo y terrible para la población que defiende los ríos. Por un lado el gobierno ha desplegado una estrategia de represión y criminalización, como ocurrió en Alta Verapaz y en Huehuetenango. Lo que hemos viviendo como dice Carlos Figueroa Ibarra, es “una guerra de baja intensidad. No se hace en nombre del anticomunismo. Se hace en nombre del gran capital. Los motivos son distintos, los represores son los mismos.”[1]

Citaremos algunos hechos que fueron el marco en el que se dio este encuentro:

  • El 27 de septiembre del 2013, en seguimiento del juicio por la masacre de las Dos Erres parcelamiento del municipio de Las Cruces, ocurrida en diciembre de 1982. El sobreviviente Ramiro Osorio declaró en California. Este juicio es en contra del militar retirado Jorge Sosa.
  • Del 28 de septiembre al 1 de octubre se vivieron momentos de represión y terror en el norte de Huehuetenango para imponer proyectos hidroeléctricos en la región, principalmente a la empresa Hidro Santa Cruz en Barillas. Con esto intentaron al mismo tiempo forzar el “dialogo“ para lograrlo. Frente a ello, la población se organizó y ejerció su derecho a reclamar el derecho a defender su territorio y a exigir que la represión se detenga.
  • Durante estos días el gobierno amenazó con expulsar del país a “extranjeros que participen en protestas sociales“ y dijo “no se ha visto extranjeros en el desarrollo de este conflicto, pero se tienen datos que confirman su participación en otros hechos similares”.[2]
  • El 4 de octubre se cumplió un año de la masacre de Totonicapán.
  • Perversamente en los Twitter de los medios corporativos,[3] circuló un rumor de que había habido una masacre en San Andrés, Petén. Algunos decían que era en la Aldea Santa Rita y otra que en el “Picudo“ y que habían muerto 35 personas; para confirmarlo “rastrearon“ el departamento vía aérea y con una patrulla especial operaciones de selva, finalmente era mentira. Casualmente ese día fue detenido el narcotraficante Eduardo Villatoro Cano en medio una fuerte propaganda mediática.
  • El 11 y 12 de octubre miles de personas se organizaron y movilizaron para mostrar su fuerza y presencia por el día de la Dignidad y Resistencia Indígena.

Está claro que hay una estrategia de terror en contra del movimiento y de la organización comunitaria frente a los megaproyectos, minería, hidroeléctricas y represas.

Y a pesar de todo…

La gente enfrenta el miedo, se moviliza, se reorganiza, intercambia, baila, canta y después de días de intensos debates acordaron acciones para fortalecer las articulaciones  en una red continental.

Para ello, delegaciones hicieron giras previas, como la que se dio en Barillas, en donde pudieron constatar la situación que se vive en sus comunidades como resultado de la agresión empresarial de la española Ecoener Hidralia Energía/ Hidro Santa Cruz S.A.  y del Estado guatemalteco.

Ni las balas ni el terror pueden cortar las ganas de vivir, la solidaridad y la alegría de luchar por mantener la vida.


[1] “Terror y rapacidad neoliberal” Carlos Figueroa Ibarra, La Hora, 10 octubre 2013.

[2] “Expulsarán a extranjeros que participen en protestas sociales”. Prensa Libre, 30 de septiembre 2013

[3] Nuevo Mundo Radio@NuevoMundoRadio, elPeriódico @el_Periodico, sonora969 @sonora969, Nuestro Diario @NuestroDiario.

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