Créditos: https://twitter.com/midianinja/
Tiempo de lectura: 3 minutos

*disclaimer: esto no es un escrito teológico, aunque yo he leído bastante no soy teóloga

Por Patricia Cortez Bendfeldt.

Uno de los momentos más duros en mi lectura de la biblia fue darme cuenta que la mayoría de las mujeres eran decorativas, causa de pecado o necesitaban a un hombre para sobrevivir.

Desde Débora hasta la madre de Timoteo, pasando por Ruth y la misma María madre, todas tienen una finalidad que se expresa a través de un hombre.

Tal vez para muchas mujeres solas, que sobreviven al lado de la suegra el abandono o la muerte de un esposo, sea extraño pensar (como pensé yo alguna vez) que Ruth tuviera que irse a “ofrecer” y “pescar” a Booz para no verse mal en esa tierra a donde su esposo la había llevado, ya luego nos informan que “se enamoraron” pero nunca parece ser el interés de ellas el más importante.

Aunque Timoteo debe su formación a su madre, Pablo no duda de excluirla de la iglesia “las mujeres no deben hablar en la congregación”.

Entiendo que teólogas más modernas y aún antiguas se preguntaron muchas veces por ese papel, aunque quedaba muy claro que en el momento en el que se “culpa” a una mujer por la salida del Edén, ya no había posibilidad de darle un lugar digno a las mujeres, seguirían siendo Jezabeles, propiciadoras de pecados.

Podríamos pensar que Pablo tiene buena intención al considerar a la mujer “un vaso frágil” y que intenta que los hombres no golpeen a las mujeres, pero luego de que él mismo les prohíbe hablar en la congregación no parece que el respeto sea lo que lo mueva, simplemente es lo mismo que parecen decir tantos ahora “ya no se les puede hablar recio que se enojan” o sea “no le peguen a sus esposas para que no se los lleve la policía”

Ilustración https://twitter.com/midianinja/

Esto de “vaso frágil” contrasta tanto con la súper mujer que pinta Proverbios 31, esa que cuida la casa, la finca, los animales, hace la comida y la ropa, vende y compra y aumenta la heredad para que a su esposo “lo alaben en la plaza cuando llega a hablar con los otros hombres”, nada hay de frágil en la mujer de proverbios 31 y mucho de esclava doméstica.

Mucho del error de quienes guían su vida por un libro es no darse cuenta que fue escrito en un período mayor a 5 siglos, con lo que lo que narra y las costumbres tuvieron que tener cambios enormes y, posiblemente, la pelea de Pablo para detener a las mujeres se debiera a que el mismo Jesús les había dado más protagonismo que el que tenían antes y que sus maridos resentían y por eso las violentaban

Antes que ser recipientes, vasos, “instrumentos de procreación” somos mujeres, y si bien ahora alzamos más la voz eso no autoriza a nadie a golpearnos, claro que somos tan frágiles ante la violencia como cualquier ser humano.

Antes de que me den flores quiero respeto y si van a usar un libro como guía de su vida, busquen algo más certero y real, algo como “ama a tu prójima como a ti mismo”, que al final, según el mismo libro, es el mayor mandamiento.

COMPARTE