¿Por qué la niñez porta armas de fuego para celebrar a la “patria“?

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Créditos: Retalhuleu, 13 de septiembre de 2017 (Fotografía: Hans Tambito)
Tiempo de lectura: 3 minutos

Por: Nancy Martínez

Muchas veces nos preguntamos por qué tenemos conductas tan militares, a veces hasta comprendemos esas expresiones sobre la puntualidad y el orden, de la obediencia y la actitud no deliberante ante los mandatos sociales, familiares y hasta escolares. Sí, siendo personas que estamos en un mundo como el de Guatemala, crecemos en un ambiente militarizado. Para muestra, los famosos desfiles patrios, las marchas de orden cerrado y ahora, las tan alegres y movidas bandas escolares.

Todas estas muestras de patriotismo, están llenas de símbolos militares que nos condicionan a estructurar nuestra vida en un mundo jerárquico, masculino y castrante, en donde lo otro, la subalternidad, “lo femenino”, “lo anormal”, es vigilado y controlado. Sí, a los discursos que construyen los mandatos de género, se le deben sumar todos estos símbolos masculinos que nos rodean y nos condicionan a responder de manera binaria y subordinada. Por muchos años estuvo vedado para las niñas guatemaltecas el acceso a ese mundo masculino. Las instituciones militares y policiales hasta hace poco, abrieron sus puertas a las estudiantes.

Dentro de los rangos militares existe uno de los más temidos, sí, los kaibiles. Quienes egresan con este rango, tienen que demostrar su valentía, honor y fuerza, porque las pruebas a veces son sobrehumanas. Por el tipo de entrenamiento que tienen y lo que se espera de ellos, se les conoce como la élite de impacto dentro de la jerarquía militar.

Retalhuleu, 13 de septiembre de 2017 (Fotografía: Hans Tambito)

Teniendo esto en cuenta, y ver esta foto tomada en el departamento de Retalhuleu un día 13 de septiembre durante un desfile patrio de una escuela de preprimaria, es posible enfrentarse a muchas ideas, sí es una imagen fuerte. Son niñas y niños vestidos de kaibiles en un desfile patrio. ¿Cuánto simbolismo existe dentro de esta imagen, cuánto mandato social y represivo puede verse en ella? Otros pueden ver un empoderamiento de la población porque a infantes se les viste de militares y ese imaginario deseado está accesible a la población. En sí, se puede creer que existe un futuro prometedor, si se es parte de ese aparato del Estado.

Son niños y niñas a quienes las docentes han disfrazado, en su desfile portan armas, sí de juguete, pero qué están mostrando, ¿por qué necesitamos llenarnos de armas de fuego para celebrar a la patria?, ¿estamos en guerra? En todo esto, qué discurso realmente están reflejando estos infantes de una manera tan inocente y tan amena, por estar en un desfile conmemorando la “independencia”.

La violencia simbólica es de las más temibles, porque no nos percatamos cuando nos enfrentamos a ella. Tomamos como normal algunas de las actitudes que devalúan o discriminan a cierta población o sexo, porque esos discursos violentos se insertan en chistes o imágenes. En esta foto esa violencia está vedada, ya que primero reaccionamos con ternura, por la presencia de esos infantes que desfilan con ánimo y alegría. Pero más allá de esa primera reacción, es escalofriante ver el mundo que están represetando.

Sí, el patriarcado ha utilizado distintas instituciones para corregir, controlar, disciplinar y adoctrinar a la población. Una de ellas es la militar, esta institución ha sido creada para “proteger” a la sociedad, pero históricamente ha invadido, destruido, controlado, violentado, mutilado, violado los cuerpos de las mujeres, entre otras atrocidades. Mediante la fuerza militar, las comunidades son disciplinadas y acalladas para acatar los mandatos que sirvan a las órdenes, que en muchos momentos de la historia ha sido de un Estado opresor. El trivializar el paso de kaibiles mediante un desfile patrio de una escuela rural, es volver cotidiana su presencia y normalizarla. Sí, esto también puede hacer evidente que en un país como Guatemala, la mayoría de la población piense que se necesita de represión, de la castración y de la continua represión militar para funcionar, porque la violencia se valida y al militar se le aplaude, cuando de “valores patrios” se trata.

 

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