Marcos Botzoc Choc y la violencia contra las comunidades cooperativistas.

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Créditos: Rony Morales.
Tiempo de lectura: 4 minutos

Por: Rony Morales

Soy Juan Botzoc  originario de San Pedro Carchá, maya hablante q’eqchi´ colaboro con la asociación mayas para el desarrollo comunitario –ASOMADIC-, también soy parte de las autoridades ancestrales a nivel de la región  Q´eqchi´, Poqomchi´ y Archí

Hablaremos de la vida misma, la verdad es  que personalmente desapareció un familiar,  mi tío que se llama Marcos Botzoc Choc. Desapareció a finales del ochenta y tres,  hasta la fecha no lo hemos visto ni sabido de él. De hecho mi prima,  su  única hija,  sigue en búsqueda del cuerpo.

Toda mi familia es originaria  de San Pedro Carchá, somos  mayas hablantes  q’eqchi´. Por la guerra interna en el país, mi familia se encuentra regada en varios municipios del Alta Verapaz, yo  vivo actualmente en Cobán, nací en una comunidad que se llama Semuy,  cerca de una finca de la familia alemana  Sapper en Alta Verapaz.

A finales del ochenta y uno, recuerdo que llegó con los mozos colonos de la finca, Ricardo Sapper de descendencia alemana,  a amenazarnos, a decirnos que nos daban tres días para salir de nuestras casas; entonces las familias  no entendíamos por qué, y en grupo decidimos salir de nuestros terrenos  para salvarnos la vida refugiándonos en la montaña, fuimos desalojados del área donde habitábamos por miembros del ejército y trabajadores del finquero, en ese momento conocí lo que era un soldado, ya que nunca en mi vida había visto uno. Éramos niños en ese tiempo.

Vimos desde la montaña cómo quemaron nuestras casas, estuvimos alrededor de dos años en el monte, viviendo bajo los árboles de pino y caoba.  Estos  hechos nos afectaron mucho, nos daba miedo ver el ejército, cuando íbamos a los pueblos o en los mercados,  mirar al ejército nos generaba terror por todo lo que habían hecho con nuestra familia, con nuestras casas, incluso nuestros mismo animales.

El porqué,  de la reacción del finquero y el ejercito de hacer esto con mi familia y las demás personas, es porque estábamos aportando,  construyendo  un espacio que le llamábamos “las cooperativas”, mi familia estaba en este tema del cooperativismo comunitario. A partir de esto nuestras comunidades  fueron vistas mal. Entonces como para ir desestabilizando a nuestra familia, el ejército de Guatemala, juntamente con los Sapper, dueños de esa finca, nos desalojaron y para darnos una lección quemaron nuestras pertenencias.

De la montaña bajamos por necesidad a vivir a Campur  y por buscar donde sembrar nuestros cultivos fuimos caminando por más de dos días a Chisec al no encontrar donde sembrar, tuvimos que  regresar  a pie para llegar a Campur. Fue cuando  logramos un poco de café y cardamomo, durante esa semana fue que se dieron cuenta los miembros del ejército y comisionados militares   que nosotros habíamos regresado y de nuevo nos empezaron a buscar. Como decía, mi familia estaba catalogada como uno de los que estaban impulsando la lucha social.

Teníamos la necesidad de unos centavos, entonces el tío Marcos Botzoc Choc  dijo “vamos a buscar un poco de cardamomo, vamos a buscar un poco de café” y se logró vender. Creo que durante ese proceso fue que se dieron cuenta que habíamos regresado.

A mi tío Marcos Botzoc Choc se lo llevaron de la casa donde estaba viviendo, su hija lo vio, ella se salvó porque se metió bajo la cama. Sabemos que el responsable directo, por lo que hemos ido  investigando, fue el comisionado de San Pedro Carcha, que era el señor Santiago Tux,  él fue el que nos echó de nuestras tierras.

Mis tíos y mi papá lo buscaron en Cobán, también en la zona militar No. 21, preguntando por el nombre, en las mismas iglesias de acá, porque sucedía mucho eso de que a veces, pues los perseguían, y para salvarse a veces se iban a la Iglesia o al hospital.

Nosotros tratábamos de identificarlo por el nombre, lamentablemente en la zona militar No. 21 de Cobán, la familia entró tres veces pero nunca se nos dio alguna respuesta; ellos revisaban los libros donde se reportaban la gente que entraban ahí, supuestamente eso es lo que nos decían, pero nunca se nos dio las respuestas.

En el convento de Cobán se hizo el proceso para la búsqueda de familiares por medio ADN, con la  esperanza de que apareciera entre las osamentas de la base militar No. 21, la hija fue hacerse la prueba con mucha esperanza,  ya  que en la actualidad se han identificado más de sesenta personas  de Cobán, también de algunas comunidades de San Pedro Carchá y del mismo Cobán.  Además  el Programa Nacional de Resarcimiento también ha estado  sacando nombres de quiénes son los que han sido identificados en ese proceso de ADN y no perdemos la esperanza.

Yo creo que el tema del conflicto armado interno en Guatemala es otra de las historias que ha sufrido el pueblo de q´eqchi´, el pueblo Poqonchi´, el pueblo Achí, los pueblos en Guatemala, los mayas. Creo es ahí es donde se visualiza el efecto de ese conflicto que hubo. Sabemos que con la poca sistematización que ha habido de todo el efecto que dejó el conflicto armado, una de las comunidades nuestra está dentro de las cuatrocientas comunidades que fueron desaparecidas, ¿no? Sabemos que hay más de cincuenta mil desaparecidos en Guatemala y cincuenta mil familias que piden el saber de sus familiares.

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