Las niñas de Guatemala

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Créditos: Internet.
Tiempo de lectura: < 1 minutos

Por: Glenda García García

Érase una vez un país tan frágil y pequeño que un tsunami podría hacerlo desaparecer entre los océanos. Medio mundo conocía de aquel lugar, no porque se hundiera entre el ruido sonoro de dos mares sino porque ardía hasta lo más hondo de sus entrañas. Ningún dios llegó para salvarlo, ni sus padres. Tampoco sus hijos que ni fueron valientes aunque sí muy altivos.

Fueron las niñas, que en el medio de las llamas y con toda su fuerza, gritaron el horror. Huyeron los quetzales y las monjas blancas se refugiaron en las ramas de las ceibas. Tan fuerte fueron sus gritos que al chocar contra el viento se convirtieron en eco de la última esperanza de aquel dolido y triste país.

Habían de pasar los años y entre el viento sus cenizas seguirían volando. Si un día las miras pasar, corre, ve por ellas, atrápalas. Mira el azul y blanco del cielo, sin armas, sin escudos, sin violencias, sin laureles. Dales ternura entre tus manos. Vuelve sobre tus pasos y empieza a reescribir la historia, la última esperanza de aquel pequeño país.

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A nuestras niñas #LasNiñasDeGuatemala que murieron por el abandono de un Estado egoísta, cruel, racista y patriarcal.
8 de Marzo (la primera paradoja) en Guatemala (sin) la Asunción (la segunda paradoja) al año 0 (2017, sin paradojas) para el principio de una nueva era -o el fin de nuestra historia-.

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