Por: Sergio Valdés Pedroni.
Tras la intervención norteamericana y el golpe de 1954, la oligarquía, la contra revolución y el imperialismo utilizaron un nombre impuesto para borrar la denominación original del estadio nacional: ESTADIO DE LA REVOLUCIÓN. En 2016 lo volvieron a hacer, esta vez con un artista indígena ajeno a la historia, una suerte de sicario de su propia etnicidad en desesperada búsqueda de reconocimiento, que goza del “respaldo” de intelectuales afines a la naturaleza narcisista de su “intervención” y su lamentable dispositivo burocrático-institucional. Un indígena indigenista que adopta un discurso antirracista de falsa rebeldía, un diputado pragmático, un asesor sin experiencia en materia de arte contemporáneo pero con un gran sentido de la oportunidad y un poeta obnubilado que pierde su lucidez persiguiendo la aprobación de los espejos.
Llegará el momento en que se le restituya al estadio el nombre negado. Mientras tanto, la población y los artistas comprometidos con su tiempo seguirán luchando para que no se oculten los capítulos cruciales de la historia por la lucha de la democracia, la justicia, la abolición del racismo y del machismo en Guatemala.
QUE VIVAN LAS LECCIONES DE LA REVOLUCION DE OCTUBRE, QUE VIVA LA CRÍTICA, QUE MUERA EL NARCISISMO EN EL ARTE Y LA DESHONESTIDAD INTELECTUAL.
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Vínculo de EXILIO DE UNA PROMESA, reportaje con elementos de ficción que aborda la contra revolución desde el punto de vista de quienes en 1954 partieron al exilio.
EXILIO DE UNA PROMESA (Guatemala 2010, 45 Minutos, Con Edmundo Urrutia, Edgar Barillas, Roberto Castañeda, Mariam Arenas, Ileana Melendreras, Alfonzo Porras, Luis Carlos Pineda, Ana Castillo, Alejandra Estrada, Eduardo Juárez).
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Fotografías tomadas de varias fuentes en línea, originales de revista Life, Diario de Centro América, Prensa Libre, etcétera.
