Créditos: Nelton Rivera.
Tiempo de lectura: 3 minutos

Por Mayarí De León González

Oliverio Castañeda De León cumpliría hoy 62 años. Fueron amigos y compañeros de ideales de Luis De Lión. Ambos fueron asesinados en diferentes momentos por las fuerzas represivas de Guatemala, por esos poderes oscuros que se enquistaron durante la guerra que asoló nuestra tierra durante 36 años.

Mi padre amaba no solamente el volcán Hunahpú, que abrigó su niñez y juventud, él amaba a nuestra patria con todo su ser, la amaba completita con sus montañas, su flora, su fauna pero sobre todo amaba el sueño de que todas las personas viváramos dignamente y tuviéramos mejores posibilidades de ser felices. Por ese amor luchó toda la vida, sin descuidar otros amores como su compañera de vida, sus padres, su comunidad y a los dos retoños que procreó.

Ayer escuché con indignación un video de Zury Ríos, en el que utiliza un verso de Luis De Lión para defender a un general que ha disfrutado tranquilamente de su familia arrullado por los beneficios de ser un militar retirado del ejército guatemalteco, institución que esta deleznablemente manchada de sangre, de corrupción, de porquería.

Luis De Lión fue secuestrado y desaparecido por ese ejército, que además es responsable de 45 mil desaparecidos entre los cuales están 5 mil niñxs. Quizás algunos pensaran que hay que darle vuelta a la página y no hablar de eso. Fácil es para quién no sabe que es ese dolor e incertidumbre que no tiene fin y con el cual hemos cargado por años quienes esperamos todos los días que nos digan ¿en dónde están nuestrxs seres queridxs?

Yo me construyo todos los días y cual guerrera cierro los ojos cada noche haciendo un recuerdo de lo vivido para hincharme de fortaleza para abonar alegría en mi entorno un día más, una semana más, una quincena… así han transcurrido 33 años sin mi padre, han transcurrido 33 años desde que mi familia se rompió cual cristal en tantos pedacitos que jamás volvió  a integrarse.

La desaparición forzada fue concebida para que el terror y el miedo prevalezca por generaciones, para que el silencio cual oscura niebla tergiverse el pasado y olvidemos. Es una daga en la memoria para que cual ilusión, pensemos que es mejor olvidar.

Pues me niego al igual que otras valientes personas, ancladas en diferentes puntos cardinales, a permitir que se tergiverse mi historia, un eslabón de nuestra historia, la historia que nos pertenece a todxs y que nos permitirá restablecer nuestro tejido como sociedad.

Yo, rebelde como mi padre, quiero heredar alegría, esperanza, sueños, sin permitir que el olvido empañe nuestro futuro y no puedo quedar callada ante lo que considero una afrenta por parte de la hija del genocida Ríos Montt al tomar un verso de mi padre para defender lo indefendible. No como familia si no como hija de Luis De Lión, un secuestrado-desaparecido de la guerra, cuyo delito fue expresarse a través del arte de la palabra, exijo saber en dónde está mi padre, exijo saber qué pasó con él, exijo sus restos, exijo no voluntad política si no sentido humanitario para obtener respuestas.

Hoy que es el cumpleaños de Oliverio Castañeda De León y también el mes en el que fue asesinado. Qué ironía que el verso tomado sea del poema escrito para Oliverio parte del escritor, quien patentiza su sentir a través de una bellísima construcción poética que les invito a leer, a releer y compartir.

No me canso de leer a Luis De Lión con sus cuentos, su poesía, su novela, su mágica literatura infantil y leyendo, leyendo a otrxs muchsx autorxes no hay duda que se aprende tooooda la vida.

12 de octubre 2017.

Fotografía Nelton Rivera.
Fotografía Mayarí De León.

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