Texto y fotografías: Juan Juárez
En la tarde del 20 de noviembre hace 41 años, el padre Guillermo Woods había despegado del aeropuerto de la ciudad de Guatemala con destino a Ixcán, sin embargo, alrededor de las tres de la tarde aproximadamente, la sospecha había comenzado al ver que el padre no había arribado al territorio de Ixcán.
No había información alguna de su paradero, sino hasta el día siguiente, cuando las dudas comenzaron a despejarse, un medio de comunicación produjo información proveniente de aeronáutica civil de Guatemala indicando que se había producido un accidente. Los Asociados del Ixcán Grande en ese entonces, comprendieron que padre Guillermo Woods y sus tres acompañantes habían fallecidos.
Aunque confirmaban que había sido un accidente, la realidad era otra, al padre y sus acompañantes los habían derribado. Las amenazas que habían provenido del ejército mucho antes, se habían cumplido, por su labor en beneficio de los más necesitados y por considerarle guerrillero o comunista.
Por las condiciones precarias de pobreza y extrema pobreza el padre Guillermo había hecho su voto de misionero para trabajar por los desposeídos, los marginados y los olvidados por el Estado de Guatemala en Ixcán Grande y Barillas. Muchos proyectos no se terminaron de ejecutar, sin embargo algunos de estos están siendo realizados por Asociados conscientes de distintas comunidades de las cooperativas que fueron fundadas por él.
Las personas de la región comentan que no necesitan la intervención de oportunistas, partidos políticos y empresas nacionales y transnacionales que quieren corromper la unidad de los Asociados organizados por el padre.
Hoy conmemoran un año más de su historia, vida y ejemplo de la gran labor humanística que realizó. Su cuerpo descansa dentro de la Iglesia de Mayaland, municipio de Ixcán, Quiché.
