Créditos: TelesurTV
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Por: Miguel Ángel Sandoval

La idea perversa de que a más partidos más democracia o que si existen más partidos eso significa que la gente es más politizada o tiene mejor conciencia de sus derechos ciudadanos, es en el caso de Guatemala bastante cercana a una gran mentira. No es cierto que con más partidos haya más democracia, lo que hace falta son mejores partidos, no como los que tenemos, para hablar de un fortalecimiento de la democracia. Ese es el desafío que hay: tener mejores partidos.

El dato anterior debería forzosamente estar vinculado a mejores instituciones públicas. Asimismo, que se produzca una separación entre los nuevos partidos y los sectores empresariales, de tal suerte que no asistamos al fenómeno actual, en donde la mayoría de partidos tienen un nivel de compromiso o dependencia de sectores empresariales, sean del campo o la ciudad, o sean nacionales o extranjeros.

En esta perspectiva, si un sector, digamos empresarial, quiere participar en política, bien haría en hacer su propio partido y hacer proselitismo señalando que es el partido de los empresarios y no habría ninguna dificultad para que lo hicieran, pero como no está en la naturaleza de los empresarios defender su agenda y sus prácticas, pues lo más fácil es invertir en otros que le hagan el trabajo.

Se trata que cada partido sea responsable ante sus afiliados y sus votantes, de una definición y planteamientos o propuestas al momento de participar en su sociedad y en los procesos de elecciones. Hoy, para mencionar las ofertas de los que existen, tenemos que conformarnos con nombres a cual más originales: CASA, FUERZA, CAFÉ, VALOR, CNN, ADN, y así hasta donde llegue la imaginación de sus personeros; pero ello no significa definiciones ideológicas, programas políticos, código  ético, etc.

Fotografía: TelesurTV

Resumiendo, los partidos deberían contar por lo menos: a) Plataforma ideológica, b) programa político, c) programa de gobierno, d) instituto de formación política para sus cuadros a efecto que tengan claridad sobre la propuesta programática del partido, de sus principios, etc., e) escuelas de capacitación en temas municipales, de gobierno, etc. Sin estos requisitos no existiría posibilidad de ser aceptados como partidos políticos y menos con capacidad para participar con candidatos en elecciones.

En pocas palabras, con estos requisitos no tendríamos la numerosa cantidad de remedos de partidos que hoy existen en el país, y asistiríamos a un saneamiento de los procesos políticos en la democracia que tenemos, con sus luces y sus sombras.  Desde otra perspectiva, no hay muchas posibilidades que las reformas a la ley electoral y de partidos políticos, aún si se mantiene en temas de forma, no podría ser impulsada, por los remedos de partidos que existe en nuestro país.

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