Condenan a nueve represores chilenos por el asesinato de Víctor Jara

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Créditos: La Tinta.
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Fotografía La Tinta

Los responsables del asesinato del cantautor latinoamericano fueron sentenciados luego de 45 años de impunidad.

Por Claudia Carvajal G. para Diario U Chile

En un fallo de 342 páginas, el ministro en visita para causas por violaciones a los derechos humanos de la Corte de Apelaciones de Santiago de Chile, Miguel Vázquez Plaza, condenó a nueve oficiales en retiro del Ejército por su participación en los delitos de homicidio de Víctor Jara y de quien hasta esa fecha era director de prisiones, Littré  Quiroga, ocurridos en septiembre de 1973.

La condena contra Hugo Sánchez, Raúl Jofré, Edwin Dimter, Nelson Haase, Ernesto Bethke, Juan Jara, Hernán Chacón y Patricio Vásquez fue la pena de 15 años y un día, en su calidad de autores de los homicidios. Además se los sentenció a tres años de presidio por el delito de secuestro simple de ambas víctimas.

Por otra parte, el oficial (R) Rolando Melo deberá permanecer cinco años y un día en el presidio, como encubridor de los homicidios, y 61 días como encubridor de los secuestros.

Víctor Jara fue asesinado el 15 de septiembre  en el Estadio Chile (lugar que hoy lleva su nombre) días después del golpe militar de 1973 que derrocó al presidente socialista Salvador Allende. El cantante era militante del Partido Comunista de Chile y había sido designado como embajador cultural durante el gobierno de la Unidad Popular. Fue detenido en la Universidad Técnica del Estado, centro de estudios del que era profesor.

Por su parte, Littré Quiroga era Director General del Servicio de Prisiones y al momento del golpe militar se encontraba con licencia médica, la que suspendió para ir a su oficina de la Dirección Nacional de Prisiones (hoy Gendarmería de Chile). Luego de despachar a sus funcionarios a sus hogares, se comunicó con las autoridades militares que habían tomado el poder para que decidieran su situación y se entregó sin resistencia a funcionarios de Carabineros, siendo enviado al Regimiento Blindado Nº2. El 13 de septiembre fue enviado junto con otros detenidos al Estadio Chile, lugar en el que sería ultimado por oficiales de Ejército.

Las 13.407 fojas del expediente que contiene la investigación del ministro Vázquez esclarecen los hechos que llevaron al asesinato de Jara y Quiroga, los que se iniciaron con las detenciones que “fueron decididas por las autoridades administrativas sin orden judicial de ninguna naturaleza y bajo ningún procedimiento”, según se lee en el texto del fallo entregado la tarde de este martes.

La sentencia estableció que “dentro de las dependencias del Estadio Chile, los prisioneros de cierta connotación pública, fueron identificados por el personal militar y separados del resto, y, durante los respectivos períodos de su detención, tanto Víctor Jara Martínez como Littré Abraham Quiroga Carvajal, fueron reconocidos por los efectivos militares instalados al interior del Estadio Chile, siendo, de la misma manera, apartados del grueso de los prisioneros y asignándoseles custodia especial, sufriendo en todo su cautiverio, constantes y violentos episodios de agresión física y verbal por parte de los Oficiales de Ejército allí presentes, imputándosele, en el caso de Littré Quiroga, el hecho supuesto de haber sido responsable de la prisión y maltrato que habría sufrido el General de Ejército Roberto Viaux (…)respecto de Víctor Jara Martínez, las agresiones tuvieron como principal aliciente, la actividad artística, cultural y política del mismo, estrechamente vinculada al recién derrocado Gobierno, quien fue sometido a idénticas torturas físicas, siendo los golpes más severos aquellos que recibió en la región de su rostro y en sus manos, ambas víctimas fueron objeto de patadas, golpes de puño y golpes de culata con armas”.

El fallo también señala que el día 15 de septiembre las víctimas fueron separadas de los prisioneros que fueron trasladados al Estadio Nacional, llevados a lugares diferentes en el sector de camarines del recinto deportivo y se les dio muerte con 44 disparos contra el cuerpo de Víctor Jara y 23 en el de Littré Quiroga, ambos con balas de 9,23 milímetros, correspondientes al armamento que utilizaban los oficiales a cargo del recinto.

La sentencia expresa que posteriormente los cuerpos de Jara y Quiroga fueron sacados del Estadio Chile y arrojados en la vía pública junto a otros cadáveres, para ser encontrados por pobladores en un terreno baldío cercano al Cementerio General.

El ministro Vázquez  también se hace cargo del daño moral causado a las familias de los asesinados y condena al Estado de Chile al pago de indemnizaciones en favor de los familiares de las víctimas. Así, la cónyuge e hijas de Littré Quiroga recibirán 150 millones de pesos cada una y 80 millones para sus hermanos. Mientras, Joan Alison Turner Roberts, Amanda Joanna Jara Turner y Manuela Bunster Turner también deben ser indemnizadas con 150 millones por las consecuencias que les causó la muerte de quien fuera su marido y padre, respectivamente.

Finalmente y casi 45 años después del homicidio, el magistrado ofició al Registro Civil para que rectifique la fecha y hora de defunción de Víctor Lidio Jara Martínez el 15 de septiembre de 1973, a las 18 horas.

Barrientos, el rebelde

Su nombre aparece 48 veces en la sentencia del Ministro Vázquez y de acuerdo al mérito de la prueba examinada por el juez, Pedro Barrientos Núñez fue identificado como uno de los autores materiales del homicidio de Jara, pero debió ser sobreseído temporalmente debido a su estado de rebeldía, es decir, no se presentó jamás durante las indagaciones del magistrado. Barrientos es hoy ciudadano estadounidense, luego que en 1989 huyera de Chile y se radicara en el estado de Florida. En 2014 Chile pidió su extradición, pero ésta aún no se ha resuelto por parte del país norteamericano.

En una demanda iniciada en Estados Unidos por Joan Jara y sus hijas, la justicia de ese país estableció como cierto el hecho que Víctor Jara, estando detenido en el Estadio Chile, se encontraba bajo la custodia del teniente Pedro Barrientos, quien lideró las torturas y conspiró para asesinar al compositor.

En todas sus declaraciones, el militar negó conocer al popular cantautor, o haber cumplido servicio en el Estadio Chile al momento del homicidio, sin embargo en un reportaje emitido por Chilevisión en 2012, varios ex soldados de la dictadura militar aseguraron en testimonios grabados haberlo visto al menos unas 20 veces entre esos días. Incluso uno de ellos, José Navarrete Barra, afirmó que Barrientos se jactaba del asesinato a Jara. “Él dijo muchas veces que había matado a Víctor Jara”, aseguró el testigo.

Fue a partir del reportaje que su viuda e hijas decidieron recurrir al Acta de Protección a las Víctimas de Tortura, un estatuto estadounidense que permite la interposición de demandas civiles en Estados Unidos en contra de ex funcionarios que hayan cometido actos de tortura o ejecuciones extrajudiciales en el extranjero.

Luego de siete días de juicio en una corte de Orlando, Florida, Barrientos fue encontrado responsable del asesinato de Jara y condenado al pago de 28 millones de dólares a Joan Jara y a sus hijas. En Chile se sigue a la espera que el ex militar enfrente a los tribunales como autor del homicidio del cantautor.

*Por Claudia Carvajal G. para Diario U Chile

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