Créditos: Prensa Comunitaria Km. 169
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Por: Nelton Rivera

El miércoles 8 de febrero del 2017 se realizó el segundo día de audiencias continuas en el proceso penal que enfrenan cinco militares del Estado Mayor de Quetzaltenango de 1981 y del Jefe del Estado Mayor Presidencial de Guatemala de ese mismo año, el proceso penal es conocido como #CasoMolinaTheissen.

El día anterior, 7 de febrero, el Ministerio Público presentó la acusación a cada uno de los cinco militares, y durante los dos días siguientes, 8 y 9 de febrero, serán los abogados defensores quienes presentaran sus argumentos frente a la acusación por los siguientes delitos: delitos de Deberes contra la Humanidad, Desaparición forzada y violación con agravación de la pena, cometidos en contra de Emma Molina Theissen y su hermano Marco Antonio Molina Theissen, todos delitos considerados de Lesa Humanidad.

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La defensa ruda

Luego del receso, tomo la palabra el abogado Alejandro Arriaza quien realiza la defensa de Francisco Luis Gordillo Martínez, comandante de la Brigada Militar 17-15 “Manuel Lisandro Barillas” de Quetzaltenango.

Arriaza solicitó al Juez Víctor Herrera Ríos , el sobreseimiento de este proceso penal en contra de su patrocinado Gordillo Martínez, a su criterio, la acusación del Ministerio Público no tienen suficiente sustento para que el juez decida enviarlos a un Debate Oral y Público.

La defensa de los militares, apelaran al sobreseimiento para conseguir una resolución judicial del juzgado de Mayor Riesgo C, que les permita suspender el proceso por falta de causas que justifiquen la acción de la justicia, que sería la apertura a Debate Oral y Público.

Su defensa se centró en desacreditar 6 o 7 peritajes, sin precisar la cantidad exacta, peritajes presentados por el MP y los abogados querellantes y la familia Molina Theissen, Arriaza afirmo que la acusación presentada por el MP tiene mil errores, en otro momento afirmo que eran 1189 y en otros más de 2 mil errores.

También desacredito el testimonio de Emma Molina Theissen sobre su detención ilegal en la Brigada miliar de Quetzaltenango, la tortura y violación sexual que vivió de manera repetida, desacreditando que ella, por si sola, hubiera sido capaz de escapar de la brigada militar.

El juez Víctor Herrera Ríos, consideró la intervención del abogado de Francisco Luis Gordillo Martínez, como una defensa ruda, luego de llamarle la atención por varios de los argumentos y afirmaciones que este realizó, “… hubo una parte de su intervención que simplemente no logre entender.” “Hay defensas técnicas y defensas rudas, la suya es una defensa ruda” “no quise replicar algunas cosas que dijo, para no darle más argumentos para que siguiera hablando”, “solamente voy a dibujar un poco lo que usted desdibujó”, afirmó el juez.

Luego fue el turno del abogado Valdemar Antonio Figueroa, abogado defensor de Hugo Ramiro Zaldaña Rojas, el abogado Figueroa afirmo ser nieto de un ex ministro de la defensa, también se sumó a la petición de sobreseimiento del caso, misma que hizo el abogado Arriaza, también pidió la clausura provisional.

Su defensa se centró en afirmar que Emma Molina Theissen nunca fue detenida por el ejército en 1981, y que por tal razón nunca estuvo detenida dentro de la Brigada Militar 17-15 de Quetzaltenango, afirmo que el ejército nunca tuvo un sistema de centros de detención clandestinos como sí ocurrió en otros países de Suramérica. De la misma manera no dio crédito a los peritajes presentados por el MP y los querellantes.

Antes del receso la abogada de la PGN, Zoe Paíz González,  insistió en desvincular al Estado como tercero demandado, la PGN debe de garantizar que los cinco militares paguen al Estado de Guatemala el resarcimiento que este ya otorgó a  la familia Molina Theissen por la sentencia y condena que recibió ante la Corte Interamericana de los Derechos Humanos CIDH en 2012. Contrario al interés que el Estado debería tener, la abogada de la PGN insiste en desvincularse de este proceso penal, incluso llegó a tergiversar la petición de la familia Molina Theissen, para que los hoy acusados no paguen al Estado de Guatemala el resarcimiento ya otorgado.

La audiencia continúa este 9 de febrero 2017 en la sala de audiencias del nivel 12 de la Torre de Tribunales.

La jornada en la sala del juzgado de Mayor Riesgo C

Este proceso penal, se realiza en el nivel 12 de la Torre de Tribunales, en la sala del juzgado de Mayor Riesgo C de la ciudad capital, con mucha suerte se logra tomar el elevador a tiempo, de lo contrario hay que recurrir a la paciencia o subir caminando los 12 niveles.

Luego de un receso, el juez, se tomó la tarea de confirmar que se encontraban en la sala, los cinco sindicados, sus abogados defensores, la abogada de la Procuraduría General de la Nación –PGN-, los fiscales del Ministerio Público, los abogados querellantes y  la familia Molina Theissen, también querellante en este proceso.

El abogado Jorge Alfonso Lucas Cerna, hijo de Benedicto Lucas, no se encontraba en la sala, el juez consulto a los otros abogados de los militares si alguno podría representarlo, Benedicto Lucas, detrás de la reja de la carceleta respondió: “yo puedo representarme”, minutos después ingreso su hijo, reanudándose la audiencia.

El ambiente en la sala es incómodo, la sala incomprensiblemente está divida, en el extremo derecho se apartan los lugares para los familiares de los cinco sindicados, en el lado opuesto, está destinado a cualquier otra persona que llegue a las audiencias públicas de este caso, observadores de derechos humanos nacionales e internacionales, familiares y en un mínimo espacio la prensa.

En la carceleta permanecen los cinco militares; Manuel Benedicto Lucas García Jefe del Estado Mayor Presidencial, Francisco Luis Gordillo Martínez era el comandante de la Brigada Militar de Quetzaltenango, Edilberto Letona Linares segundo comandante en la Brigada, Hugo Ramiro Zaldaña Rojas, oficial S-2 del Estado Mayor de Quetzaltenango; y Manuel Antonio Callejas y Callejas jefe de inteligencia (D2).

Por momentos, se les escucha rumorear entre ellos, o asentir con alguna afirmación de sus abogados, la sala del juzgado de Mayor Riesgo C tiene poco espacio, prácticamente son audiencias que generan hacinamiento, y solamente dos ventiladores aunque funcionando al máximo solamente mueven el poco aire caliente dentro de la sala.

Cinco horas duró aproximadamente la audiencia.

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